Una carta sobre Otto Wester

Señor director:
Quería hacer público algunos conceptos en razón de una solicitada firmada por Otto Cristian Wester, de la cual se hicieron eco numerosos medios de prensa y que busca confundir a la ciudadanía. Y que me involucra por ser quien lo llevó ante la Justicia por un hecho que tubo trascendencia publica en las elecciones de 2007, de características inéditas, ya que en el momento de cometer el ilícito el mismo se desempeñaba como secretario de Gobierno de la Municipalidad de Villa María. Finalmente la Justicia me dio la razón.
Vale remarcar que no soy un enfervorizado simpatizante de un partido político como intenta calificarme Wester. Fue mi firme decisión de no ser cómplice la me llevó a reaccionar de ese modo.
Soy una persona responsable que hizo lo que correspondía a pesar de estar en presencia de un delito de los denominados guantes blancos. Lo que quedó de manifiesto en razón de la impunidad con la que actuaba ese funcionario público pese haber sido sorprendido cometiendo un delito en flagrancia. Con lo cual otro ciudadano en las mismas circunstancias hubiera sido detenido y esposado.
Luego aprovechó todas sus influencias para intentar desacreditarme cuando cerca de 30 personas, entre ellos la destacada periodista de EL DIARIO, Patricia Gatti, a quien Wester en su solicitada califica como una simple notera.
Todos ellos… presenciaron cómo un policía de la Provincia de Córdoba sacó del bolsillo de su pantalón el voto que expresaba la voluntad de un ciudadano y que él mismo negaba con descaro y mucha prepotencia tener, y por momentos utilizaba un tono amenazante como si fuese un mafioso.
A pesar de todas esas pruebas en su contra, su irracionalidad no tuvo límites e inició una verdadera persecución en mi contra. Todo ello consta en una denuncia en sede policial.
Lo cierto es que no se sustanció el juicio penal y se lo benefició con una probation porque admitió haber robado...
Pese a todos estos antecedentes se lo premió varias veces con dinero público. Recurriendo a una vieja práctica política de darle a dedo contratos que implican grandes sumas de dinero. Entre los más importantes: la Universidad Nacional de Villa María lo benefició con $215.592 pesos anuales, el equivalente a 18 mil pesos por mes, monto que gana en todo un año un jubilado de la mínima, un docente o un empleado público.
También fue contratado a dedo por el municipio, para realizar tareas en la obra de remodelación de la costanera, sobre lo que existe una denuncia penal por pago de sobreprecios, que duerme en los cajones del Palacio de Tribunales.
Además, se le adjudicaron otros contratos que le reintegraron importantes sumas de dinero público. Todos ellos a dedo, sin concurso alguno. Eso sí que es vergonzoso; llevarse al bolsillo plata que es de todos los vecinos.
En vez de mostrarse arrepentido y pedir disculpas públicas, trata de buscar todo tipo de pretextos pagando costosas solicitadas para justificar sus actitudes deshonestas, que en definitiva es tratar de justificar lo injustificable.
Iván A. Billalba
DNI 29995753