Cuando va a comenzar una nueva temporada, siempre está la discusión, la expectativa de cómo se armarán los planteles, que si los jugadores locales o foráneos, etcétera.
Esto ocurre en todos lados, no únicamente aquí, por eso en varias oportunidades, estando en los bares o charlas en la calle, se me pregunta mi opinión.
Personalmente siempre pensé que lo primero es observar lo que cada club dispone en su plantel; segundo paso qué dispone económicamente, pretensiones deportivas, comprobar en las primeras prácticas en la cancha el rendimiento, carácter de cada uno y ya se puede claramente la situación: conocerla.
Lo que no puedo entender cuando un entrenador llega a cualquier equipo pide refuerzos de nombre, y yo pregunto con que confianza o ambición ¿puede un jugador tener expectativas favorables ante tales situaciones?
O se dice que de los jugadores que se disponen en el plantel que no tienen experiencia para categorías superiores, pero ¿se les dio la oportunidad?
¿Si realmente se los fue preparando para afrontar otros tipos de torneos?
Creo que hace muchos años entró esta locura, de jugadores que son codiciados por clubes de otros lados permanentemente y aquí seguimos sin despegar.
Sería importante sentarnos, pensar qué se hizo y cómo se hizo a través de tanto tiempo, desde los torneos infanto-juveniles hasta las divisiones superiores, la cantidad que quedan en el camino, incluso antes de comenzar su carrera como jugador discriminados y juzgados por seudo-entrenadores que priorizan al o los hijos de dirigentes dependientes, esos que desaparecen cuandos sus hijos no juegan más.
Este es un tema muy largo y problemático, pero nunca nadie con algún grado de responsabilidad en el fútbol observo cómo se organizan -y quién los hace- a los comunes mundialitos, con chicos jugando partidos a cualquier hora, con temperaturas altas de los meses de diciembre o enero, y jugando en canchas sin las mínimas comodidades de higiene, y acampando de la misma manera.
El sufrimiento de los chicos para ganancia de los grandes, que no les interesa en el desprestigio de la ciudad y esto lo comprueba, ya que dice que es de Villa María y ya viene la burla, con razón por supuesto.
Personalmente creo que falta hacer la última prueba porque para mejorar el nivel del fútbol se trajaron árbitros, preparadores físicos, técnicos, etcétera, y lo único que no se hizo nunca fue traer DIRIGENTES... ¿y si probamos?
s Sugerencia para la iniciación de
infantiles (10 a 13 años)
Si hablamos de la importancia de la técnica como prioritario en el fútbol debemos tener en cuenta donde se juega y con que se lo hace: hay que jugar más y correr menos, con menos espacio más precisión.
Observamos cuando deben tirar los córners, las dificultades que tienen y por esos estas sugerencias.
La competencia que se organiza para equipos de esta categoría infantil deben tener un reglamento especial, donde se tomen en cuenta diversos factores que contribuyan al desarrollo físico y técnico de los chicos.
Por ello deben tener en cuenta las medidas del campo de juego y la pelota a utilizar.
Nos tiene que interesar que jueguen más que lo que tengan que correr, y para evitarlo se tendría que achicar de 60 a 80 metros de largo por 30 a 40 metros de ancho el campo de juego.
Los arcos son dos de 5 por 2 metros y períodos de 25 minutos cada uno.
Lógicamene, al reducir las medidas de la cancha se reducen también las medidas de las áreas.
Jugar con una pelota de acuerdo a la edad. O sea, la juniors que es similar a la medida de la de vóley, más liviana y menos peligrosa para los golpes de cabeza.
Sabemos que se argumentarán situaciones económicas, pero siempre hay que priorizar lo mejor para los chicos en su iniciación.
Nota: estos artículos fueron extraídos del libro "Los chicos y el fútbol", que escribimos con el doctor Pedro Trecco.
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