Eran alrededor de las 7 de la mañana de la víspera cuando dos jóvenes, uno de ellos encapuchado y el otro a cara descubierta, asaltaron a mano armada la panificadora Fátima, ubicada sobre avenida Universidad, en el sector comercial, entre las calles Quito y Arequipa.
El comercio, del que se llevaron 150 pesos en efectivo que había en la caja registradora, dos teléfonos celulares y una billetera en la que sólo había una tarjeta para abonar el viaje en colectivo urbano, en el momento del atraco era atendido por Lucrecia Bertoglio, de 24 años, hija de la propietaria.

Asustada

“Se asustó mucho”, dijo a EL DIARIO la madre de la víctima. “Creo que estaban esperando que se quedara sola. Un ratito antes yo había salido a hacer el reparto”, explicó la mujer.
“Los tipos entraron cuando ella estaba en el salón de al lado armando los pedidos. Escuchó la puerta y vino a atender. Uno de ellos sacó un arma de la media y le dijo: ‘Esto es un asalto, dame la plata. Entraron y sacaron lo que había en la caja, dos teléfonos y la billetera; muy tranquilos, muy profesionales. La que estaba nerviosa era Lucrecia. Revisaron todo y se dieron cuenta que no había más dinero. En cinco minutos se fueron”, contó la mujer.
“La semana pasada nos robaron un celular en un momento en que dejamos solo el saloncito de venta. Pensé que había sido un descuido y nada más, pero ahora estamos asegurando todas las aberturas”, concluyó la dueña de la panificadora y madre de la joven asaltada.