Escribe


Rodolfo Ghezzi,
desde España,
especial para EL DIARIO


Lucio Anneo Séneca fue un filósofo romano que nació cuatro años antes de Cristo en la Córdoba española. Cuando algún político no muy instruido quiere parecerse, suele decir que lo ha leído, y de paso se agranda para agregar inmediatamente: “No sé si quedarme con él o con Platón”. Esto viene a cuento porque Séneca es el autor de la famosa frase latina “Cui prodest scelus, is fecit”, que en cristiano significa: “Aquél a quién beneficia el crimen, ése lo cometió”. Siguiendo con la deducción, interrogamos en la misma lengua: “¿Cui prodest?”, o sea, ¿quién sale ganando con lo sucedido? Se lo pregunta el periodista Javier Ortiz en su columna “El dedo en la llaga”, titulada para la ocasión, “¿Quién ganó con el 11-S?”, en el diario “Público” de Madrid, del viernes último.
Dice el autor que la pregunta se ha convertido con el tiempo en una norma fija de toda investigación criminal. Afirma que Bush (presidente de EE.UU. por poco tiempo, gracias a Dios, la negrita es mía), es quien más rédito ha obtenido del crimen. Cito textualmente: “Apelando a los sentimientos de pavor suscitados por aquella barbaridad, consiguió incrementar en muchos enteros su poder de control policial sobre la población estadounidense, logrando que aceptara normas de censura y de intromisión del Estado en su privacidad que antes del 11-S muchos ciudadanos de convicciones progresistas habrían rechazado de plano. En el escenario internacional, silenció casi todas las reticencias que otras potencias occidentales venían poniendo a su política de orden y mando, como pronto pudo comprobarse con la invasión de Afganistán, y animó a todos los estados occidentales a endurecer sus legislaciones represivas. En nombre de la defensa de la libertad, cada vez se ha reducido más el margen de libertad que han dejado disponible”. Y seguramente más beneficios.
A continuación, Javier Ortiz expresa en pocas líneas: “De hecho no han faltado suspicaces que han recogido datos, para sustentar la tesis de que los atentados del 11-S fueron alentados por oscuros departamentos de la Administración de los EE.UU., con o sin el concurso de poderosos especuladores bursátiles, que se habrían servido del fanatismo de Al Qaeda para sus propios fines”.
Día de dos aniversarios el 11 de setiembre. Se ha dicho e investigado hasta la saciedad, con documentos, testimonios, investigaciones de todo tipo, que los yanquis tuvieron mucho que ver con el golpe que derrocó al legítimo presidente Salvador Allende hace 35 años. Y da toda la sensación que, además de eliminar todo atisbo de socialismo a través de la represión, también se consiguió imponer un sistema económico neoliberal que aún, con una presidenta socialista, sigue persistiendo.
En los actos de recuerdo del viernes, Arturo Odriozola, portavoz de COPOL (Coordinares de Pobladores en Lucha) reflexionaba ante los medios: “Qué tenemos hoy? Mandan las multinacionales. Allende está muerto, sólo vive en nuestros corazones”. Para este dirigente, el Gobierno actual de la Concertación (alianza de socialistas y democristianos) es en parte responsable de haber borrado todo lo que hizo Allende. Agrega: “Ellos impulsaron la privatización de la vivienda a mano de los bancos. Ellos contribuyeron al plan de la derecha, que nos tira las migas y se queda con el hueso”.
Como muestra basta un botón: pese a tener un PIB per cápita de 14.000 dólares, el sueldo mínimo en Chile es de 160 mil pesos (322 dólares). Los sindicatos reclaman un mínimo de 350 mil pesos. Sintomático: en los actos oficiales de honras al presidente derrocado, no se permitió transponer la valla que separaba público e invitados especiales, a los representantes de COPOL y de la CGT. Tal vez por todo ello, resonó muy alto el grito “Michelle /aprende/ de Salvador Allende”.

Aniversarios setembrinos que nos tienen muy inquietos a todos. ¿Están empleando nuevamente los americanos la estrategia de la desestabilización? Lo que está sucediendo en Bolivia es tremendo. Al escribir estas líneas escucho que varios gobiernos sudamericanos se reunirán el lunes en Chile para tratar de coordinar una acción conjunta que supere esta situación de guerra civil que comienza a despertar en el país hermano. La historia nos enseña, que el “amigo americano” no se detiene en burocracias diplomáticas. Siempre tendrá a su servicio personeros locales que le harán el trabajo sucio.
Los latinoamericanos lo venimos padeciendo desde hace mucho tiempo. Por eso, aunque suene demagógico y populista el último discurso del presidente Chávez, espero que al amigo lector le haya despertado como a mí, una reacción química de euforia y entusiasmo. Es hora de mandarlos al carajo.