Hay personas que no pueden hablar de lo que sienten. Y aun peor: no son capaces siquiera de reconocer sus sentimientos ni los matices de la emoción. Esta ausencia de palabras para expresar las emociones se conoce como alexitimia (palabra que deriva del griego: a: sin; lexis: palabra, léxico; timio: afecto), la cual denota una dificultad en identificar y describir emociones, así como una vida de fantasía interna empobrecida.
La alexitimia puede definirse como un síndrome clínico formado por las siguientes características psicológicas, cognitivas y conductuales:
1. Dificultad para identificar emociones y sentimientos. Estas personas tienen problemas para diferenciar una emoción de otra. Por ejemplo, no saben con seguridad si lo que sienten es miedo o ira. Esta incapacidad no se da sólo respecto a los propios sentimientos, sino que también tienen dificultades para identificar las emociones en los demás (en sus voces, expresiones faciales, posturas).
2. Dificultad para describir emociones y sentimientos. Les resulta imposible describir lo que sienten y describir a otras personas todo lo referente al ámbito subjetivo y de los afectos.
3. Dificultad para diferenciar los sentimientos de las sensaciones corporales que acompañan a la activación emocional. Las emociones suelen ir acompañadas de síntomas fisiológicos, como sudoración, aceleración de ritmo cardíaco, etcétera. Los alexitímicos atribuyen estas manifestaciones fisiológicas a síntomas vagos o los confunden con la emoción misma. Cuando sienten emociones intensas, estas personas describen simplemente un malestar físico de un modo impreciso.
4. Reducida capacidad de fantasía y de pensamiento simbólico. Suelen tener un pensamiento concreto, con problemas para el manejo simbólico de las emociones. Su forma de hablar es monótona, parca y sin matices afectivos. Apenas gesticulan, no introducen cambios en el tono de voz, se sientan de forma rígida y su semblante es inexpresivo.
5. Preocupación por los detalles y acontecimientos externos. En su lenguaje apenas existen referencias abstractas y simbólicas, se limitan a describir detalles concretos, sin un tono afectivo.
6. Utilizan la acción como estrategia de afrontamiento en situaciones de conflicto. El modo de resolver un estado emocional desagradable en estas personas, consiste en la realización de conductas directas. Tienen una orientación de tipo práctico y un escaso contacto con su realidad psíquica.
La alexitimia es más frecuente en personas que tienden a desarrollar enfermedades psicosomáticas, sobre todo en personas con trastornos por somatización, esto se debe a que lo que no logran decir busca otras vías de escape, a través del cuerpo: desde úlceras y problemas respiratorios hasta adicciones y trastornos de la alimentación, problemas gastrointestinales, presión arterial, asma, artritis. El listado de enfermedades se extiende y, en muchos casos, los trastornos pueden convertirse en cuadros clínicos severos y riesgosos.
Se puede decir que, no es que la persona no tenga afectos sino que no puede distinguir matices o intensidades. No es que sea limitado en su vocabulario; ocurre que las palabras no aparecen a la hora de hablar de todo o, al menos, de "algo" de lo que les pasa.
Los alexitímicos son correctos, extremadamente aplicados. Suelen ser reservados, aislados, con pocos amigos y limitadas capacidades de esparcimiento. Suelen sentirse perdidos o ansiosos, cuando disminuyen los compromisos habituales.
Los pacientes alexitímicos son propensos a padecer ansiedad crónica, por esta imposibilidad de alcanzar una definición concreta de sus emociones.
Cuando se revisa la bibliografía de la alexitimia llama la atención la escasez de publicaciones sobre su tratamiento.
Los pacientes alexitímicos rara vez buscan terapia por su propia voluntad. Generalmente, cuando buscan tratamiento es debido a la presión de alguna persona importante para ellos. Este tipo de presión es ejercido principalmente por el cónyuge o pareja que se queja de la pérdida de comunicación en su relación, o por parte del médico, que se siente incapaz de encontrar una explicación a las quejas físicas vagas, cambiantes y refractarias al tratamiento médico.
Hoy la terapia cognitiva es una alternativa eficaz para encontrar una solución. El terapeuta ayudará a este tipo de pacientes a encontrar caminos que le permitan llegar adonde conviven el afecto y la palabra. Con la terapia se intentará enseñar a los pacientes a verbalizar sus sentimientos y emociones, convertir en palabra y en diálogo sus afectos, a descubrir las conexiones que existen entre sus reacciones físicas y sus emociones. Y para que esto sea posible, deberá ofrecerle nuevas herramientas y recursos para incrementar su flexibilidad e imaginación.
Lic. Débora Landart - M.P. 6496
Centro de Terapias de Vanguardia
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