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Botta Bernaus y Luna expusieron ante docentes |
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Una nueva jornada de sensibilización se llevó a cabo ayer en el marco del programa "La seguridad vial a la cabeza", que llevan adelante el Hospital Regional Pasteur, el Centro Neurológico del Sudeste y la Cooperativa de Trabajo Comunicar.
En esta ocasión, en la sede de EL DIARIO, y con el auspicio del Grupo Roentgen, fueron convocados funcionarios educativos y docentes, a quienes se les explicaron detalles de la propuesta. Como se recordará, en marzo hubo un encuentro similar con empresarios y funcionarios públicos.
Ayer disertaron el inspector de la Dirección de Institutos Privados de Enseñanza Enrique Luna, y el asesor técnico del programa, Horacio Botta Bernaus.
El inspector Enrique Luna sostuvo que "no es un problema si se conocen o no las normas de tránsito, el problema es mucho más serio, porque tiene que ver con la conducta humana, por lo tanto es una cuestión ética".
En este sentido, afirmó que "donde hay humanos, personas en relación, hay un código ético, porque no puede haber vínculos sin que se reconozcan códigos, de hecho hasta en la cárcel los hay".
Así, señaló que "la norma aparece como una necesidad de ordenar las relaciones" y apuntó que "este fenómeno de la necesidad de conocer de códigos, de normas, plantea una relación más delicada, que es la voluntad".
El supervisor advirtió que "el problema del tránsito no puede resolverse definitivamente, porque estaríamos resolviendo la naturaleza humana" y resaltó que "aún reconociendo la bondad de la norma, el ser humano no la cumple".
"Nadie elige el mal en sí mismo. Si la opción sería utilizo el casco o me rompo la cabeza, seguro usaría el casco. Pero la opción que se le presenta a la inteligencia es que si no uso el casco, probablemente no me pase nada. Nadie piensa que le va a suceder algo, sino estaríamos enfermos psicológicamente", explicó.
El profesor llamó a "lustrar bien el bien, para que le resulte más difícil a la voluntad no adherirse". "Hay que hacer todo lo que se pueda, por todos los medios que se pueda. Cuanto más el sujeto se siente comprometido y le encuentre sentido, va a respetar las normas", indicó.
"A veces, presentamos las normas en términos negativos, como si fuera un límite. Suele ser odioso adherirse a un límite que impone otro. El hombre no tiene conciencia de que la norma es a su favor y hay que trabajar por el sentido de la misma", manifestó.
Luna subrayó que "lejos de ser un límite, es una posibilidad de realización, es el despliegue de mi libertad".
"El alumno tiene que ir construyendo la sociedad, porque ésta no es una entelequia, no existe en sí misma, por eso el educando tiene que advertir que el joven es un constructor del orden social, se tiene que comprometer", expresó.
Casi sobre el cierre de su exposición, enfatizó que "en el tránsito queda de manifiesto que si violento la norma hago daño o me hago daño" y dijo no compartir "cuando se dice que se jorobe uno mismo al no usar casco". "Nosotros no somos átomos, que vivimos aislados. No. Si nos pasa algo a nosotros, esto tiene repercusión social, si nos pasa algo les pasa a todos", concluyó.
Por su parte, Botta Bernaus consideró que "no es cierto que los argentinos en la vía pública seamos en un 50% asesinos y en un 50 suicidas. Se trata de un problema complejo, donde la educación tiene un importante papel que cumplir".
Tras recordar que la mitad de las muertes en accidentes de tránsito son personas de entre 18 y 41 años, dijo que "las escuelas secundarias son el último lugar donde se puede educar al respecto".
También desmintió que los adolescentes no estén interesados en la temática, "por el contrario, dijo, entienden las cosas más simplemente que los adultos".
"La educación es el gran cambio que necesitamos, aunque no es necesario agregar más contenidos a la currícula escolar. La educación vial es una cuestión humana, no de leyes o señales, donde lo importante son los valores", agregó.
Según el especialista, si bien admitió que debe haber controles desde el Estado, lo importante es "adherir a las normas por convencimiento, y no por obligación".
Si bien recordó que "el problema del tránsito no se resuelve mágicamente, hay medidas a tomar, como se puede comprobar en países como Francia, que hace 20 años era un caos, y hoy ha mejorado mucho".
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