El Café-Bar “Plan B” que acumula cerca de 20 denuncias vecinales en su contra, más de 30 controles municipales y dos clausuras, genera más que preocupación entre los que habitan en las cercanías del polémico pub que abre de miércoles a domingo

Desde que el Café-Bar “Plan B” abrió sus puertas en pleno centro de la ciudad, los vecinos del lugar dicen haber comenzado un calvario que se mantiene hasta hoy.
Con dos clausuras, más de 20 denuncias vecinales y cerca de 30 controles municipales (hasta noviembre de 2009), el lugar de esparcimiento nocturno parece resistir todo tipo de embate legal.
Los frentistas que habitan en las cercanías del pub que se mantiene abierto hasta altas horas de la madrugada, de miércoles a domingo, han elevado sus quejas a todas las instituciones que debieran intervenir en la regulación de este tipo de actividades.
“Los vecinos nos hemos visto afectados en el normal desarrollo de nuestras vida, ya que el mismo trabaja en los horarios que la gente descansa”, manifestaron los denunciantes en una nota rubricada por quince personas y los integrantes de una residencia geriátrica, remitida al secretario de Gobierno Rafael Sachetto.
“El problema no es sólo la música que ponen, sino también la movida que genera, produciendo una contaminación acústica a su alrededor producto del permanente griterío de los concurrentes dentro y fuera del local (no apto para este tipo de actividad)”, indicaron los frentistas.
La presencia de motos y autos con escapes deportivos y potentes equipos de música que se estacionan en las puertas de los hogares cercanos al pub en la madrugada de días de semana y fin de semana, son otros de los factores que despiertan la indignación vecinal.
“No podemos dejar de mencionar el estado de ebriedad en que algunos salen, siendo frecuente ver jóvenes orinando en la vía pública”, acotaron.
“Nos preocupa sobremanera la escalada que esto está teniendo, a pesar de las denuncias telefónicas y personales que algunos hemos realizado”, resaltan los autores del escrito entregado en el municipio.
“Mi esposo tiene un trabajo que implica una importante responsabilidad y no puede llegar mal dormido para cumplirla. Tuvimos que preparar una cama en la habitación de mi hijo (que no da a la calle) para que él pudiera descansar”, indicó una de las autoras de las denuncias en diálogo con EL DIARIO.

¿Todo bien?

Al interior del municipio, el director de Convivencia Urbana y Tránsito Jorge Mulinetti respondió a Sachetto que el lugar cumple con lo establecido por las ordenanzas en cuanto a horario de cierre, carga ocupacional y servicio de adicional de policía “para el control exterior de la gente” en el acceso del pub.
“Al recibir denuncias de personas realizadas a través del Comando de Acción Policial (CAP), la guardia de Seguridad Ciudadana o la de Tránsito, se concurre al lugar con inspectores o personalmente donde no se ha constatado lo denunciado”, indicó Mulinetti.
“Por cada vez que se ha labrado un acta hacemos referencia a la denuncia, a la constatación y al personal que controló”, agrega la misiva.
El funcionario también recuerda que las clausuras al pub fueron efectuadas por “factor ocupacional excedido”.
Más allá de los argumentos del responsable comunal, los vecinos aducen que “las soluciones no son reales” y que viven “un infierno” que comienza, casi todos los días, después de la medianoche.
“No nos vamos a detener hasta que se le dé una solución a este tema. Pretendemos que sean justos con nosotros, pagamos impuestos y no le faltamos el respeto a nadie. Así no se puede vivir tranquilo”, redondearon los consultados.