“Yo hablo con ustedes, porque cuando hace unos meses me preguntaron y les dije que la radio estaba en venta, pero que no se había vendido, ustedes escribieron exactamente eso. Ahora que sí se hizo la operación, es como un deber informalos a ustedes, porque en otros ámbitos se han dicho barbaridades a partir de las especulaciones”, dice Roberto Kfuri en el comienzo de la charla con el periodista.
-¿Quiénes son los nuevos dueños?
-Lo primero que hay que hacer es ajustar los términos técnicos: concretamente, he realizado la cesión de las cuotas sociales. Y los nuevos propietarios son Miguel Angel Borsatto, a quien todos conocen; Alberto Lattanzi, mi contador (auditor general de la ciudad durante la primera gestión de Eduardo Accastello), y el empresario Jorge Lagos.
-¿Quién es este último?
-Un empresario de Córdoba.
-¿A qué se dedica?
-No me corresponde a mí decirlo (este medio pudo saber que es el propietario de una cadena de concesionarias).
-¿Es la “pata” política de la que tanto se habló?
-Nada que ver. No hay tal pata política. No hay política de por medio.
-Después que sonaran los nombres de Electro Ingeniería, de Osvaldo Rinero, de Miguel Olaviaga, del mismo Accastello...
-Hasta de Gustavo Magrín se habló por ahí. No lo conozco a Magrín. Con mi mujer nos reíamos, porque la única relación que habíamos tenido con él es que ella le había dado clases en el Rivadavia.
-¿Cuánto cobró por la radio?
-No es relevante. Yo había dicho que no la iba a regalar, que no se la iba a vender a cualquiera, que no iba a regalar la historia de todos estos años de trabajo, que iba a intentar que hubiera una continuidad... Vinieron muchos interesados a verme, pero no la vendí. Esta gente me cerraba por todo lo anterior que hice, entonces hice un breve gerenciamiento para que tuvieran acceso a los libros y comprendieran el valor intangible que tiene LV28.
-¿Consiguió lo que se proponía? ¿Lo comprendieron?
-Sí, claro.
-Está satisfecho entonces con el precio cobrado...
-Estoy contento. Va a haber continuidad. Logré la continuidad de Radiodifusora Villa María. ¿Quién va a poner en tela de juicio lo que es Borsatto? Yo soy un convencido de que las cosas empiezan y terminan. Acá terminó una etapa de mi vida, en la que le di radio, televisión y prensa escrita a la ciudad, porque al otro diario lo traje yo.
-¿Qué va a pasar con el personal?
-No va a pasar nada. Me aseguraron que, si es necesario, van a tomar más gente. Así me lo aseguraron, porque yo no quería un desguace. A los muchachos los veo ahora como más contentos...
-¿Qué va a hacer de ahora en más?
-Descansar, viajar a ver a mis hijos, a mis nietos... Voy a ir al Líbano, la tierra de mis padres. Ahora sueño cosas, empecé a soñar de nuevo. Desde chico que no soñaba, porque dormía sobre una almohada llena de problemas.


Miguel Borsatto, posando frente a la radio, para el fotógrafo de EL DIARIO. A nuestro periodista le dijo que está viviendo “un momento de gran euforia y emoción personal” y que “por estas horas he llorado mucho...”.
“Después de 38 años en una empresa, llegar a ser tenedor de una parte de la misma, ser dueño de una parte, es algo inconmensurable”, agregó.
En nuestra edición de mañana publicaremos una entrevista con el locutor de locutores, enfocada hacia su nuevo rol