Escribe: Jesús Chirino
En junio de 1931 llegó a la ciudad un nuevo comisionado municipal designado por la dictadura en la que José Félix Uriburu ofició de presidente de facto. Este “intendente de facto” llegó con la idea de reorganizar el municipio local, retirar el supuesto exceso de personal y elevar los niveles de recaudación. Pero duró muy poco tiempo en el poder local.
Los nombres
Cuando el golpe de Estado del 6 de setiembre de 1930 derrocó a Hipólito Yrigoyen, en Córdoba, el comandante de la Cuarta División de Ejército, general Basilio Pertiné, se hizo cargo de deponer al Gobierno provincial liderado por José Antonio Ceballos. Luego fue nombrado interventor provincial el abogado salteño Carlos Ibarguren quien designó como ministro de Gobierno a Enrique P. Torino. El 4 de mayo Ibarguren renunció y Torino lo remplazó de manera interina, tiempo después fue confirmado en el cargo. Se mantuvo en esa función hasta el 18 de febrero de 1932 cuando entregó el poder a Emilio Olmos que había resultado triunfador en las elecciones realizadas en 1931.
En Villa María el encargado de deponer al intendente Ernesto Díaz y al Concejo Deliberante presidido por Porfirio Seppey, fue el capitán retirado Juan C. Montes. El 22 de octubre de 1930, por encargo de la intervención provincial, Juan C. Casas se hizo cargo de la administración municipal durando alrededor de ocho meses en la función.
Alférez de navío al municipio
En la edición del 26 de junio de 1931 el vespertino local Heraldo tituló: “Asumió el cargo el nuevo comisionado municipal alférez de navío don Eliseo Vila”. En el artículo se hacía saber que a las once horas de esa mañana había tenido lugar la “ceremonia de transmisión de mando, tomando posesión de su cargo el nuevo comisionado municipal designado por el Gobierno de la intervención…”.
A aquel acto asistieron los jefes de las reparticiones municipales, los “…miembros del Tribunal de Cuentas, el director de la Asistencia Pública doctor Sebastián R. Figueroa y periodistas”. Según el cronista “El funcionario saliente, doctor Juan C. Casas dirigió breves palabras de salutación al nuevo comisionado, quien a su vez contestó exponiendo sus propósitos de realizar obras constructivas para cuya realización confía en la sana gestión de sus colaboradores y en la cooperación del vecindario”.
El 18 de julio, Eliseo Vila, firmó sendos decretos confirmando como secretario de la Intendencia a Ernesto J. Alinez y nombrando, provisoriamente, como inspector General a Luis María Hernández en remplazo de Guillermo H. Saunders que se retiró del cargo.
Ajuste y despedida
Vila ingresó a la administración con mano firme, declaró en comisión a todo el personal municipal manifestando que las administraciones anteriores, en especial la de Ernesto Díaz, habían cometido abusos en la cantidad de nombramientos de empleados. Por otra parte tuvo que enfrentar la compleja situación económica de las cuentas municipales. En relación a este tema el militar intentó incentivar la recaudación para ver si podía equilibrar las cuentas disminuyendo el alto nivel de morosidad existente. Pero al igual que pasó con el comisionado anterior recibió una misiva firmada por propietarios locales solicitándole rebaja de los impuestos locales y la “…no ejecución de los contribuyentes morosos”. En una nota realizada por el vespertino Heraldo se señaló que “esa misma solicitud… ha llegado a la Intendencia durante la administración de mi antecesor, quedando sin resolución. Anticipándoles que, muy a mi pesar, será imposible acceder a lo solicitado por impedirlo el propio estado de desastre en que se encuentran hoy las finanzas de la Municipalidad…”. No debemos olvidar que estaba en pleno proceso la denominada crisis económica del ‘30.
Pero Vila no duró mucho como representante de la dictadura en Villa María, el mismo diario en su edición del 22 de octubre de 1931, en un gran título de tapa anunció: “Se hizo cargo de la Intendencia el nuevo comisionado municipal don M. Arijón. La transmisión”. Se refería al acto de traspaso del mando desarrollado esa misma tarde, a partir de las 16 horas, en la Intendencia municipal. Según el cronista el acto “congregó a un grupo de expectables vecinos entre lo que se notó la presencia de los señores doctores (sic) Aznares, Vocos, Franco, Gómez y señores Maciel, Pedraza, Echenique, Estévez, jefes de oficinas y personal de distintas reparticiones municipales y periodistas”.
La misma crónica nos ayuda a imaginarnos los momentos de aquel acto. Entre otras cosas se escribió que “el funcionario dimitente leyó un discurso agradeciendo al personal la eficaz colaboración prestada durante su actuación y terminó deseando al nuevo comisionado éxito en su función administrativa”.
Luego habló Arijón quien comentó a los presentes los propósitos que le animaron al aceptar la función ofrecida por el Gobierno de la intervención. Acto seguido el secretario de la Intendencia Ernesto D. Alinez dio lectura al acta de la transmisión que fue firmada por Vila, Arijón y el propio Alinez.
Terminado el acto Vila se retiró y quedó Arijón que luego de las elecciones entregaría el poder a Eugenio Parajón Ortiz que concurrió a la compulsa electoral desoyendo a su partido, la UCR, que practicaba la abstención para no ser cómplice de la dictadura que no sólo había derrocado a Yrigoyen, mantenía preso a dirigentes, sino que también había anulado las elecciones a gobernador de Buenos Aires porque, según sostenía el poder dictatorial, el “pueblo no sabía votar” ya que a la hora del voto había manifestado su preferencia por el candidato radical.
En relación al alejamiento de Vila el cronista del Heraldo señaló “Tarde el Dr. Torino entra en la recta y menos mal que cuando la carrera está largada, se dispone a que nosotros discutamos nuestros intereses comunales, con gentes nuestras y sin necesidad de que extraños nos vengan a querer enseñar lo que tenemos archi aprendido y que por sutileza ‘criolla’, nos hemos estado haciendo los zonzos, para ver cómo acaba la comedia…”. Así terminó su paso por la Intendencia local el alférez de navío Vila.
Otras notas de la seccion El Diario Cultura
La literatura cordobesa está de luto
Viaje al país de la percepción
Casa de tolerancia, "pupilas" y etiquetamiento
Un siglo de cultura en la misma esquina
Surgimiento del municipio local
|