Eduardo Amaya, un dirigente histórico del hockey “tricolor” ayer se mostraba realmente desbordado de felicidad. “puede ser que el 8 sea el número nuestro. Y quizás justo dentro de 30 días ya esté lista la cancha y la empecemos a usar. Cuando bajábamos el cepillo del camión que se usará para peinar la carpeta; le decía el cuidador que hemos estado sacando yuyos tantos años de la cancha y ahora sólo tendremos que pasar este cepillo. No tendremos que marcar más la cancha para los partidos, porque ésta viene ya marcada. Es una gran satisfacción tener esto”.
Amaya, sigue comentando: “Estaban hace un momento las chiquitas observando los rollos, que no entienden de estos sacrificios, ¡Cómo miraban!, tal vez pensando que ése será su hogar. Tenemos en el minihockey más de 30 nenas, otras tantas jugadoras de “mami-hockey” que no vienen con la asiduidad que debieran porque nos están faltando cosas por hacer, y que se harán acá. Si seguimos sumando chicas, el año que viene deberíamos sumar una segunda línea de divisiones en la categoría B o la C”.
“La gente nos ha dado un apoyo bárbaro y todo lo que conseguimos se dio sin que se diera nada. Recién ahora empezamos a ver lo que nos proponíamos con la cancha. Estamos acostumbrados a que muchos clubes no cumplen con los proyectos por que no hay plata, o no consigue el apoyo de la gente. Pero por suerte a nosotros se nos están dando las cosas. Tenemos una estructura muy sólida, todas las divisiones que están funcionando tienen a su entrenador, cada bloque con su coordinador: inferiores y plantel superior”, concluyó.
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