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Por la pelota. Bergese y Mansilla pelean en la mitad de la cancha. En Pasco nadie salió favorecido por el resultado |
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Escribe: Diego Pellegrini (h)
Tenían que ganar o ganar. No quedaba otra, era a matar o morir. Ambos querían la clasificación a semifinales y otro resultado no servía. Pero el empate entre 9 de Julio e Hipólito Yrigoyen marcó el destino de los dos conjuntos y tendrán ahora que palear por el descenso y la promoción.
Por eso, el 2 a 2 dejó con caras largas o todos, la victoria de Rivadavia y de Ricardo Gutiérrez condenó a “patriotas” y “diablos” a pelear abajo.
Al partido lo tuvo el visitante en dos oportunidades, pero no lo supo aguantar. El local arremetió en el segundo tiempo, pero no le alcanzó en la recta final.
Tenía pinta de final, pero el primer tiempo poco entregó. El gol de Diego Marín, a los doce minutos, le daba al visitante una ventaja importante, teniendo en cuenta todo lo que se jugaban. El ex Colón recibió un pelotazo largo de Chiosso para definir con un remate cruzado.
Con orden táctico, formando dos líneas de cuatro, Yrigoyen se manejó sin problemas. Nueve de Julio casi no pudo inquietar a Ezequiel Merani, debido a la superpoblación en la mitad de cancha de volantes rivales (Grosso, Chiosso y Mansilla).
Entonces sólo un tiro libre de Ismael Rodríguez que Merani descolgó del ángulo, fue la chance más clara. Alejandro Salinas sufría la falta de juego de su equipo y entonces Pasco no podía remontar el resultado.
Pero el complemento fue otra cosa; en el local ingresó Emanuel Coria y el patriota mejoró, con más actitud que fútbol.
A pesar que se regalaba en defensa y le entregaba el contra ataque a su rival, el local iba. Salinas tuvo la primera a los 3’, pero el disparo se iría desviado por muy poco. A los 12’, Ismael Rodríguez fue quien casi lo empata, pero su toque por arriba del portero salió besando el horizontal.
El cotejo se jugaba como quería 9 de Julio, pero a los dirigidos por Adrián Martín le faltaba acertar en el toque final.
Por su lado, Yrigoyen trataba de aprovechar alguna situación esporádica, como el remate de Pedro Mansilla, que salió cerca del palo izquierdo de Diego Fantino.
El partido seguía abierto, con el local buscando más que su rival. Y de tanto ir, finalmente llegaría el empate. Fue a los 25’: Rodríguez metió la pelota luego de un centro largo, Ezequiel Favalli realizó una “chilena” y Salinas desvió el balón al gol. Nadie la podía meter y finalmente apareció el goleador de Idiazábal para el 1 a 1.
Pero mientras festejaba todo 9 de Julio, el visitante movió rápido y en la jugada siguiente al gol de Salinas, Yrigoyen gritaba el 2 a 1 (26´). El recién ingresado Mayco Rodríguez se encontró con el balón dentro del área y definió pegado al palo derecho de Fantino.
Nadie lo podía creer. Ni los de Tío Pujio, ni mucho menos los de Pasco.
Los cierto es que poco le había durado la alegría a los locales y otras vez la visita estaba arriba en el marcador.
Pero a los 29’ llegaría otra jugada polémica porque, tras un centro al área, Maximiliano Burello tocó la pelota con la mano. Lo curioso es que Diego Gallo no lo vio y tuvo que apoyarse en el juez de línea número uno, José Núñez, quien le marcó la clara mano dentro del área y el juez cobró penal. Otra vez Salinas se llenó la boca de gol y el partido se puso 2 a 2.
Quedaban 15 minutos y el empate no le servía a ninguno. La tensión y el nerviosismo se sentían en el ambiente porque los dos quedaban fuera de las semifinales. En 9 de Julio ingresó el delantero Denis Fernández y en Yrigoyen lo hizo Cristian Gaitán, reforzando así la ofensiva de cada uno de los equipos.
Y a pesar que ambos salieron a buscar ese tercer gol que le daba la clasificación, las emociones nunca llegaron y la historia terminó triste para los dos, sabiendo que ahora tendrán que pelear por zafar del descenso, y todo por errores compartidos.
La figura
Alejandro Salinas apareció en el complemento para darle a su equipo dos conversiones (una de penal). Fue el hombre más peligroso del partido. Estuvo cerca en otras dos posibilidades.
El árbitro
Diego Gallo, en líneas generales no cometió grandes errores y tuvo un partido aceptable. En el penal a favor de 9 de Julio se tuvo que apoyar en el línea número uno José Núñez, que le marcó mano de Burello.
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