Tres delincuentes oriundos de la capital provincial fueron condenados ayer en la Cámara del Crimen de Villa María por un asalto a mano armada perpetrado hace casi dos años en un bar de la localidad de Los Zorros.
Se trata de Claudio Severo Bustamante, de 39 años; Roque Gustavo Ponce, de la misma edad, y Walter Guillermo Luján, de 37, quienes confesaron haber protagonizado el hecho acaecido alrededor de las 8.20 de la mañana del 16 de mayo de 2008 en el bar “El Algarrobo”, de donde se llevaron 12.000 pesos en efectivo (incluidos 200 dólares), 15 cuchillos de plata con iniciales de oro y un revólver Pucará calibre 32 largo.
En un juicio de trámite abreviado, la camarista Silvia Saslavsky de Camandone terminó aplicando las condenas que previamente había pedido el fiscal Francisco Márquez, con acuerdo del abocado cordobés Walter Ferrero, defensor de los tres imputados.
Así, Bustamante y Ponce recibieron penas de seis años y ocho meses de prisión, con declaración de reincidencia, tras ser considerados coautores de los delitos de “robo calificado” por uso de arma de fuego, “privación ilegítima de la libertad calificada”, “portación ilegal de arma de fuego de uso civil” y “daño”.
En el caso de Ponce, también fue juzgado por un “robo simple” perpetrado con anterioridad en una tienda de la ciudad de Córdoba, de donde se llevó algunos pantalones de jean.
En tanto, Luján fue condenado a cinco años de cárcel tras ser declarado partícipe secundario de “robo calificado”, “privación ilegítima de la libertad calificada”, “portación ilegal de arma de fuego de uso civil” y “daño”.

@ Pidieron una picadita, pero...

El episodio alcanzó ribetes cinematográficos, ya que dos de los asaltantes entraron en el local haciéndose pasar por clientes y hasta pidieron una picada, para luego sorprender al dueño del bar, don Antonio Andrito Peretti, por entonces de 70 años, y a la mujer que estaba haciendo la limpieza.
En efecto, Bustamante y Ponce se sentaron en una mesa con la excusa de querer “comer algo”, pero casi de inmediato sacaron a relucir un revólver calibre 38 con el cual redujeron al comerciante, quien intentó vanamente resistir el robo ya que fue golpeado en la cabeza por el otro maleante, que lo atacó por detrás y le pegó con la culata de un arma.
A raíz del violento golpe, Peretti sufrió una herida cortante en el cuero cabelludo por la cual debieron darle 20 puntos de sutura.
Casi simultáneamente fue reducida Gladys Rosa Caciorgna de Galfione, de 67 años al momento del hecho, quien es familiar de Peretti y la persona encargada de realizar la limpieza del negocio todas las mañanas.
En esta primera etapa del asalto, los delincuentes despojaron al propietario del bar de unos dos mil pesos en efectivo, además de sustraerle 15 cuchillos de plata con iniciales de oro y un revólver Pucará calibre 32 largo.
El asalto se produjo alrededor en el bar ubicado sobre avenida Sabattini 315, a la par del edificio municipal.
Los delincuentes, que en todo momento actuaron a cara descubierta, dieron a conocer sus verdaderas intenciones casi de inmediato, ya que a poco de ser atendidos por don Peretti extrajeron de entre sus ropas un arma de fuego en momentos en que el dueño del local se disponía a preparar lo solicitado.
Curiosamente, los dos delincuentes que entraron al bar (Luján se quedó a bordo del automóvil Volkswagen Senda blanco en el que llegaron al pueblo) habían estado dos días antes en el mismo negocio, y en esa ocasión tomaron dos gaseosas y pidieron información sobre cuál era el camino que conducía a Carrilobo.

@ Segundo botín “caído del cielo”

Cuando el atraco estaba en pleno desarrollo, ingresó al local Marianela Galfione, de 49 años, sobrina de don Antonio e hija de Gladys, quien circunstancialmente pasó por allí para comprar una etiqueta de cigarrillos, en momentos que se dirigía a otros negocios del pueblo a los efectos de pagar varias cuentas.
Por esa misma circunstancia, la mujer llevaba consigo nada menos que 10 mil pesos (entre ellos, unos 200 dólares), dinero que había cobrado su esposo un par de días antes por tareas de trilla.
Tras apoderarse de ese segundo, “jugoso” e inesperado botín, los ladrones maniataron a Peretti y a ambas mujeres con alambre de fardo y casi de inmediato escaparon a bordo del Senda, rodado en el que viajaban cuando la Policía los atrapó apenas un par de horas después en inmediaciones de Capilla de los Remedios, localidad próxima a la capital provincial.

@ Otros detalles

Además de don Peretti, quien debió ser asistido por el corte en la cabeza, Marianela sufrió lesiones en un brazo a raíz de la atadura con alambre a la que fue sometida junto a su madre y su tío.
Gladys y Marianela son madre y hermana del conocido árbitro de fútbol Fabián “Pato” Galfione, quien supo dirigir encuentros de la Liga Villamariense, además de desempeñarse como locutor en Radio Municipal de Los Zorros.
Con respecto a los delincuentes condenados, cabe señalar que Claudio Bustamante nació el 20 de marzo de 1971 y está radicado en barrio Mosconi, mientras que Roque Ponce acaba de cumplir 39 años (1 de mayo de 1971) y registra último domicilio en barrio General Bustos, ambos de la capital provincial. Los dos poseen frondosos antecedentes penales.
Por esa misma cuestión, no podrán solicitar el beneficio de la “libertad condicional”, y sólo tendrán acceso a la “libertad asistida”, que permite el egreso sólo seis meses antes del cumplimiento total de la pena impuesta.
En cambio, Walter Luján, nacido el 10 de marzo de 1973 y afincado en barrio Pueyrredón, también en la ciudad de Córdoba, podrá dejar la prisión luego de alcanzar los dos tercios de la condena aplicada en la víspera.