El trabajo de parto es sin dudas el momento en donde cada mujer tendrá que demostrar lo fuerte que es y cómo enfrenta a la vida cuando lucha por alcanzar sus objetivos.
No es fácil llegar a obtener todo lo que queremos en la vida y sabemos que en el camino muchas veces hay que dejar cosas de lado.
El embarazo es un camino que la mujer gestante decidió transitar, para lograr un objetivo, convertirse en madre y como todos los grandes logros de la vida, no será gratis. Con esto no quiero decir que el parto es un costo que hay que pagar, lo que quiero expresar es que el momento del nacimiento de tu hijo es tu último examen ¡y que estás lista para rendirlo!
Cuando las condiciones fisiológicas y psicológicas de la embarazada son las esperadas para afrontar un trabajo de parto y el bebé está en buenas condiciones (sin que existan riesgos para él) todo está listo para enfrentar en forma exitosa el parto natural.
Durante toda la gestación estuviste soñando con el momento del encuentro con tu hijo. Imaginaste su carita muchas veces y hasta lo debés haber soñado. Todos esos momentos generalmente son muy lindos y llenan de amor a la mujer, quien se encuentra ansiosa por el gran encuentro. Si lográs recordar estos sueños en el momento de la dilatación, podés convertirlos en una herramienta muy poderosa para utilizar cuando parece que todo el esfuerzo no vale la pena.
Pensar en que las incomodidades del final del embarazo se terminarán con el nacimiento también puede servirte, enfocar los pensamientos en el encuentro con el bebé, la realización de la familia que anhelaste; en fin, todos los pensamientos positivos que te llenen de energía y te alienten a vivir la incomparable sensación de tener a tu bebé en forma natural.
En el momento de la dilatación muchas mujeres sienten que no pueden seguir adelante con el trabajo que implica terminar de dilatar el cuello del útero y pasar a la siguiente etapa. Quiero que sepas que esto es lógico, te enfrentarás a una situación nueva, única e irrepetible. Los temores son aceptables, recordá que estás rindiendo tu último examen (todos estaríamos con un estado de ansiedad y de temor) pero la ventaja a tu favor es que te estuviste preparando nueve meses durante las veinticuatro horas del día para este momento.
La dilatación tiene una etapa silenciosa (la primera en donde podés llegar a dilatar hasta 5), una etapa segunda que se hará sentir y en donde tendrás que utilizar todos los recursos que tengas para ayudar a tu cuerpo a continuar con el trabajo en forma rápida y eficiente (dilatarás hasta 8-9) y la etapa final en donde te encontrarás llegando hasta la sala de parto; esta etapa culmina cuando completaste la dilatación y comienza el período expulsivo.
Para el trabajo de parto desde ya hace unos años se utiliza una respiración abdominal, profunda y consciente. Esta te ayuda a relajarte y concentrarte en lo que está pasando en tu cuerpo.
Procedimiento: inhalación por nariz en forma profunda dejando que el aire aumente la zona abdominal (lleva el aire a tu bebé), no lo retengas, exhalá lentamente por boca o por nariz. Intentá aflojar los músculos perineales y lumbares mientras soltás el aire.
Existen posiciones a las que podés recurrir mientras utilizás esta respiración.
Posiciones para el trabajo de parto:
Sentada sobre una pelota o puf. Los beneficios de utilizar esta posición se basan en la sensación de relajación que siente la embarazada en la zona lumbar y perineal al tener las rodillas centímetros más arriba que su pelvis y el tronco inclinado levemente hacia delante. Además la mamá puede trabajar sobre su pelvis movilizándola y realizando rebotes suaves que aceleran la dilatación (menos tiempo de trabajo de parto es igual a mamá menos cansada para cuidar de su bebé). Si la mujer siente que tiene las piernas cansadas puede seguir en una posición parecida a la sentadilla sin tener que utilizar la fuerza de sus músculos. La pelota y el puf se amoldan al cuerpo de la parturienta por lo que no provocan dolores en la pelvis y en la zona baja de la espalda (sacro y coxis).
Las veces que utilicé la pelota en el momento de la dilatación, con mis alumnas obtuve resultados muy positivos y alentadores, en donde noté un grado de confort y relajación óptimos para terminar en forma rápida con el proceso de dilatación.
Posición de decúbito lateral: ésta se puede utilizar cuando la embarazada está con la tensión baja y cree que no puede estar sentada o de pie (no es la posición que debería adoptar una mujer sin complicaciones), o cuando el médico que la atiende no permite que la embarazada camine por peligrar su salud o la del bebé. Esta posición puede retrasar el proceso de la dilatación. Si la embarazada decide recostarse de lado, siempre debe hacerlo del lado izquierdo y si puede, utilizar una almohada para separar las piernas.
Posición de cuadrupedia: ésta es una muy buena posición para adoptar durante el trabajo de parto, rodillas y manos apoyadas, en los gimnasios siempre se indica con el nombre de posición de banco. En esta posición la mujer en trabajo de parto quita tensiones sobre su espalda (zona lumbar), logra respirar en forma positiva y moviliza su pelvis ayudando a la dilatación del cuello del útero.
Apoyo continuo: esto se refiere al acompañamiento que puede tener la mamá durante el momento del trabajo de parto y parto. Si la gestante está acompañada y contenida tendrá mejor predisposición para colaborar en el momento de la dilatación y el expulsivo. En nuestra ciudad en todas las clínicas privadas se contempla esta posibilidad, no así en el Hospital, en donde por razones edilicias la embarazada pasa el trabajo de parto y parto sin un acompañante.
Utilización del agua en el momento de la dilatación: la ducha es una gran aliada para relajar a la mamá, ella logra respirar concentrada mientras el agua que baña su espalda ofrece un masaje que la llena de energía y paz. No se aconseja a la mujer que está en trabajo de parto sumergirse en una bañera para tomar baños de inmersión.
Masajes: los masajes hechos por el acompañante suelen ser muy buenos, siempre y cuando la embarazada los pida. No debe el acompañante acosar a la parturienta, estamos para asistir en lo que ella necesite, escucharla y animarla a continuar por buen camino.
Caminar: es un muy buen recurso a usar en la primera y segunda etapa del parto. El caminar hará que la gravedad actúe a tu favor y que las tensiones que puede provocar la contracción uterina sobre los músculos de tu pelvis sean leves. Hace que tu atención se disipe y alivia las molestias. No se puede usar este recurso si la mamá tiene tensión baja.
La Federación de Asociación de Matronas de España creó una descripción sobre cómo ven ellas al trabajo de parto y cómo lo definen, es muy interesante enfocarse en cada una de las palabras que emplean, pensar en si estamos de acuerdo y si estamos actuando en función de nuestros ideales como sociedad.
“El parto es el proceso fisiológico con el cual la mujer finaliza la gestación a término, en el que están implicados factores psicológicos y socioculturales.
Su inicio es espontáneo, se desarrolla y finaliza sin complicaciones, culmina con el nacimiento y no implica más intervención que el apoyo integral y respetuoso del mismo.”
Para pensar.
Viviana de los Ríos
Preparadora de Partos
Taller Gestación