“Es raro que yo esté en un Congreso de Pediatría. ¿Será porque los chicos están locos?”, bromeó Alfredo Moffatt al iniciar la charla con este medio.
El tema que abordó en el Congreso fue el de la comunicación. “A nuestros chicos les está tocando vivir un mundo donde lo virtual es más importante que lo corporal, donde se remplazó la palabra por la imagen y donde la televisión se incorporó a la familia como si fuera un tío psicópata -que manipula y enseña a relacionarse con el otro desde la violencia- y nos convierte en sujetos pasivos de un mundo que pasa afuera”, dijo.
El psicólogo social que entre otras acciones impulsó la radio del Hospital Borda (La Colifata), señaló que hay un quiebre generacional que no se daba en el pasado.
“Es Estados Unidos le denominan generation gap (fractura), porque mi padre me podía decir a mí, más o menos que lo que le decía su padre. Yo también se lo pude decir a mi hijo, pero mi hijo no lo puede hacer con mis nietos. La cultura mutó”.
Sumado a todo esto, antes la sociedad funcionaba como una red de contención, explicó Moffatt. “Si había una familia de matriz patológica, el vecindario lo advertía, actuaba. Ahora ya no. Lo que pasa en esas prisiones domiciliarias que son los departamentos de las grandes ciudades, nadie lo percibe”, agregó.
Otra etapa del deterioro social es el fenómeno de las mujeres que quedan solas como jefas de hogar. “Tienen que salir a trabajar y dejan a los chicos -uno o dos, porque ya ni siquiera son muchos hermanos- solos con la televisión”.

¿Qué hacer?

Pese a ese diagnóstico alarmante, Moffatt es optimista. Piensa -está seguro- que cuando se llega al fondo, se rebota. “Y cuando pase, habrá que ver. Va a ser más grande que en 2001”, dijo.
Mientras tanto, los grandes, los que conocimos esa otra Argentina donde el apoyo al otro “era una gauchada y no una sponsorización”, tenemos que trabajar “para recuperar esa cultura criolla”.
“Hay que armar grupos, encontrarse, hablar”, dijo.
En ese sentido, asegura que los chicos nos enseñaron con esa “rateada” o “chupina” convocada vía facebook. “Ellos lo hicieron para encontrarse, para verse. Me parece saludable”, dijo Moffatt.
“No tiene sentido salir a romper televisores o computadoras, como quisieron hacer antes de la Revolución Industrial con las máquinas textiles, porque, como pasó en esa oportunidad, la tecnología te pasa por encima. Hay que aprender a usarlas”, concluyó.