“Grecia recibirá el primero de sus préstamos esta semana”, dice un medio gráfico.
Leer estos titulares me lleva a realizar estas reflexiones de iguales situaciones vividas por nosotros en Argentina en nuestra historia más reciente.
El capitalismo en este caso europeo, (pero también vale como una valoración global), no está en condiciones de dejar caer la economía de ningún país. Esto no quiere decir que en su "sacrificio" no trate de imponer condiciones de vida cada vez más deprimentes, en los lugares donde en determinado momento eclosiona la crisis.
Mañana ese mismo país puede estar a la cabeza de la "recuperación", así es el capitalismo como sistema mundial. Utiliza hasta las últimas consecuencias los avances tecnológicos llevándolos hasta el último rincón del planeta y a la vez profundiza la fractura social.
Lo que más preocupa porque en realidad no nos ocupa, es ver por ahora una absoluta incapacidad para proponer alternativas viables a la crisis. Esto es válido para la derecha, donde una salida clásica a la guerra significa un suicidio, o para la izquierda que es hora que desempolve los textos entre otros de Marx, de Lenin, no para aplicarlos como catecismo, sino para asimilar el método.
Las formidables manifestaciones griegas, por lo que nos ha llegado hasta ahora, están sometidas a un programa de resistencia de las salidas propuestas, salidas que son canallas, miserables, pero a las que hay que contraponer, no sólo para abordar la crisis griega, sino para unir a lo mejor del mundo frente a la crisis.
Hay quienes sólo ven las sublevaciones posibles, tal vez por la vieja lectura de construir economías nacionales estatizadas (situación no descartable, en procesos puntuales), pero no contraponen programa.
Esto también es válido para las direcciones del movimiento obrero en general, que ante tremenda crisis, que conmociona a todas las monedas, y con todas ellas se opera contra la gente, no planteen la necesidad de la moneda única universal.
Junto con esto, la falta de respuesta programática a los planes de ajuste e impositivos que se realizan, hundiendo a la seguridad social, y gravando el trabajo y el consumo, se mira para otro lado frente a la política de los paraísos fiscales.
Grecia tiene que ser la oportunidad, no de esperar las sublevaciones país por país, sino la de elevar un programa para ser tomado con fuerza, por lo mejor que la humanidad tiene.
Pero nos encontramos que a punto de comenzar uno de los eventos más importantes de este planeta, todas estas emociones contenidas quedarán opacadas en cuanto empiece a rodar la pelota en Sudáfrica...¿y van?
Daniel Massara
D.N.I: 10905074
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