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Eduardo Accastello ha dejado de sorprender con sus palabras, pero sigue manejando la postura del desafío constante al peronismo cordobés de la mano, hoy, del kirchnerismo.
Y nos atrevemos a quitarle la virtud de la sorpresa a sus discursos o declaraciones porque en todos estos años, el intendente local ha recorrido el terreno político con varias claves que mantiene a rajatablas. Anuncios millonarios que siempre saca de la galera, recorrida mostrando “sus obras”, acusaciones hacia la oposición por “las deudas del pasado” (un hecho ya habitual dentro del peronismo), facilidad para armar entes que incluyen representantes de diversos sectores y una innegable capacidad para dejar caer en el olvido “público” sus propios errores.
Posiblemente, esta estrategia le ha traído réditos y como consecuencia ha decidido adoptarla por tiempo indeterminado.
Hoy, volvió (ya lo dijimos en columnas anteriores) a “caminar” por la Gobernación.
En realidad, nunca dejó de recorrer los sinuosos caminos que conducen a la Casa de las Tejas.
En 2003, llegó hasta uno de los principales despachos cordobeses a través de su elogio y agradecimiento permanente a la labor del
ex gobernador José Manuel de la Sota.
De pronto, su figura que ya había tomado preponderancia a través de la Federación Argentina de Municipios se convirtió en una herramienta importante del Gobierno provincial. Sentado en el Ministerio de Gobierno empezó su relación con numerosos intendentes (que necesitaron de sus buenos oficios) y hoy comparten su espacio político.
Su ascenso le costó dolores de cabeza y pérdida de ciertas relaciones. Impulsar a su esposa Nora Bedano a la Intendencia generó un revuelo en su tropa que años después culminó en un enfrentamiento con Raúl Costa. Sin embargo, logró a los arañazos sostener el poder local y trascender las fronteras.
Tuvo buenas relaciones con el menemismo que le permitieron logros en la década del ‘90 mientras era concejal, escuchó los consejos de Carlos Menem en un viaje a China, compartió con el riojano un asado en una quinta local y en las elecciones de 2003 puso huevos en todas las canastas de los candidatos justicialistas.
Aceptó ser candidato a diputado nacional y en poco tiempo desde la banca, empezó a articular su reto al delasotismo. Fue uno de los puntos de encuentro con el kirchnerismo que ya había comenzado a consolidar su poder en el territorio nacional.
De la mano de uno de los hombres fuertes de Kirchner lanzó su precandidatura a gobernador para pelearle el lugar al hombre elegido por el “Gallego”, Juan Schiaretti.
Su aventura duró poco. A la hora de las internas se bajó, arregló una banca para su esposa, volvió por el Sillón de Viñas y se abrazó a Schiaretti. Fue tal vez, el paso más difícil de su carrera, pero lo dio. “Sin territorio se acabó el proyecto”, dijeron sus allegados para justificar la decisión de su máximo jefe.
Este breve repaso de los últimos años de acción accastellista, sirve para vislumbrar los elementos de su fórmula de proyección. Ser arte y parte de algún centro de poder y tener una fuerte vocación para ello.
¿Es aceptado, Eduardo Accastello por la mayoría de los simpatizantes de Néstor Kirchner?
Posiblemente, no.
Dentro de las filas del kirchnerismo cordobés, existe una masa significativa (los soldados del pingüino) que lo emparenta con los años del neoliberalismo y le endilga su alianza con la UCéDé. Pero, ¿quién puede tirar la primera piedra en relaciones pasadas?
¿Es aceptado Néstor Kirchner en el entorno de Accastello? Posiblemente, a medias.
La política ha dejado de ser sinónimo de convicciones ideológicas y en parte se ha perdido la relación “sentimental” entre el líder y su pueblo.
La prueba está que en Forja, los discursos no aportaron nada nuevo.
La confrontación ganó el palco, las críticas a sectores de la Justicia, a los monopolios mediáticos fueron parte del cóctel que se repartió entre los miles de asistentes.
Los elogios a la presidenta por parte de Giacomino y Accastello sumaron ingredientes a la mezcla.
¿Por qué no se aprovechó este tipo de acto para volver a la mística que caracterizó el diálogo entre el líder y su pueblo en tiempos de Perón.”. Es una incógnita.
La cuestión en Forja pareció ser una demostración de fuerza de dirigentes ante el líder K. Los carteles, gorros y consignas a favor de Accastello gobernador, o por Giacomino se agitaron frente a un Néstor que sabe que no puede prescindir de de la Sota y su gente.
La movilización se transformó en un mensaje claro para el peronismo cordobés. “Aquí estamos y sin nosotros no podrán ganar...”
La fórmula del “reto” aplicada otra vez, como si se buscara los mismos resultados de siempre.
@SOTTO VOCE - Energía residual...
* Mirá vos...El ex presidente de Córdoba Ambiente, en tiempos de José Manuel de la Sota, es el asesor técnico de Innviron, la empresa que apuesta a invertir en la transformación de la basura en energía.
De acuerdo a lo publicado por medios provinciales, Sergio Nirish el autor del plan Córdoba limpia habría sido uno de los gestores del desembarco de la firma en La Docta.
Por otra parte, la Secretaría de Ambiente de la Provincia, el 17 de marzo pasado, contrató como colaborador a Hugo Sccachi, también asesor de Innviron.
¿Esto explicaría la tibieza del titular de Ambiente Raúl Costa al tratar de justificar el voto positivo de sus concejales en un rápido trámite que sorprendió a propios y extraños?
* Cabildo juecista. “La República Federal, el sueño inconcluso”, es el lema elegido por el Frente Cívico para convocar a un Cabildo Abierto en la capital cordobesa.
En la sede partidaria ubicada en Avellaneda y 9 de Julio se concentrarán los principales dirigentes del interior de la provincia, los referentes del Frente Cívico de todos los ámbitos institucionales y de las distintas fuerzas que conforman el juecismo. Los convocantes pretenden instalar los temas más preocupantes como “la pobreza y la desigualdad social”, según informaron.
* “No pare”. “Por favor, no pare”. Sería la frase que el diputado nacional Oscar Aguad le dijo al ex presidente Eduardo Duhalde en MercoLáctea. Obviamente se refería a la campaña que el bonaerense viene haciendo contra Néstor Kirchner.
* “La justicia no va a encontrar nada porque los gobiernos de Néstor y Cristina son honestos y limpios." Lo dijo Carlos Zannini.
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