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Incentivar a los chicos a contar cosas, prestándole atención a lo que dicen, es una de las recomendaciones |
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Teniendo en cuenta el desarrollo evolutivo del niño, a partir de los cuatro años estimativamente comienza el despertar de la sexualidad infantil. El niño empieza a demostrar curiosidad e interés por temas de índole sexual. Surgen las dudas y preguntas por las diferencias anatómicas entre hombres y mujeres, el origen de los niños, cómo se hacen los bebés, por dónde nacen, entre otras.
Mediante el juego que a esta edad va de la mano con el aprendizaje, el pequeño explora cuestiones reales utilizando la imaginación. Aparecen los juegos de descubrimiento con niños del mismo sexo, con niños del otro sexo y también consigo mismo. Pueden llegar a mostrarse y tocarse mutuamente, imitar conductas sexuales de los adultos y participar en juegos de contenido sexual que le sirven para explorarse y conocer su propio cuerpo y el de los demás.
Aparece también la masturbación infantil, en la cual el niño explora su cuerpo y descubre que obtiene placer al tocar sus genitales. Es una masturbación sólo exploratoria y de descubrimiento, no tiene fines sexuales, por ello se diferencia de la masturbación que aparece en la adolescencia.
Con el comienzo de estas conductas esperables surgen además los miedos, preocupaciones e inquietudes de los adultos a la hora de enfrentarse con estos temas. Por ello les proponemos algunas sugerencias que pueden ser útiles y ayudarlos a abordar la temática.
s No es
recomendable
-Horrorizarse de lo que el niño haga o diga.
-Minimizar o restar importancia a lo que el niño cuenta.
-Retarlo cuando cuente algo.
-Evadir las preguntas.
-Apurarse a contestar si no tiene clara la respuesta.
s Sí es
recomendable
-Escuchar a su hijo.
-Incentivarlo a contar cosas, prestándole atención a lo que dice.
-Contestar sus preguntas sobre sexo, pero limitándose a responder sólo lo que pregunta.
- Responder de forma clara y sencilla, utilizando los términos científicos para designar cada parte del cuerpo.
-Enseñarle a cuidar y respetar su propio cuerpo y el de los demás.
-Fomentar la conducta de realizar solo la higiene de su cuerpo.
-Enseñar la diferencia entre las conductas que están permitidas públicamente y las que son de índole privada.
-Prestar atención a los cambios de conducta o emociones.
-Brindarle garantías de seguridad y confianza.
Admitir la sexualidad como parte de la vida, hablando claramente y propiciando un ambiente de seguridad y comunicación en la familia no sólo refuerza el vínculo con nuestros hijos sino que fortalece la autoestima del niño, permitiendo que se forme una imagen positiva de su cuerpo, viviendo así la sexualidad como algo natural.
Lic. Valentina Astrada (MP 5946)
Psicóloga
Lic. Gabriela Pihen (MP 5403 )
Psicóloga
centrodeterapiasdevanguardia@yahoo.com.ar
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