I
Sr. director
Desde el dolor escribo y me pregunto si en Villa María se entendió el significado de cada estrella amarilla pintada en calles y rutas.
Creo que no se entendió. No pintamos la estrella amarilla para recordar a nuestros seres queridos, no hace falta ya que ellos están presentes todos los días en nuestros corazones.
Las estrellas se pintan para que todos tomen conciencia de la necesidad de cuidar la vida. Para que no haya más familias destruidas.
Sin embargo, parece una burla al dolor de los que pintamos estrellas, las acciones de los que juegan a ser Superman.
Es terrible lo que siente una familia cuando te golpean la puerta para decirte que el ser querido tuvo un accidente o incidente, es terrible lo que se siente cuando corrés al hospital, rezás, pedís a Dios que esté bien.
Cómo explicar lo que se siente cuando te encontrás con la mirada de los médicos que te dicen todo. Con la pérdida comenzás a morirte todos los días un poco, a esperar que vuelvan, los días se te hacen eternos y las noches te sorprenden pensando que mañana la pesadilla va a terminar.
Pero no termina. Ya no hay sol, la luz se apaga. A veces veo pasar las motos con mamás llevando a dos o tres criaturas sin casco.
A veces observo señoras o señores cruzando el semáforo en rojo, pensando en llegar como sea.
He visto a jóvenes jugar con sus motos como si fueran un triciclo. Por favor, entendamos que un vehículo es un arma que mal usado te mata o mata.
Somos seres pensantes, no esperemos que nos cuide nadie o alguien venga a explicarte que para vivir tenés que comer o abrigarte para no tener frío. Si tenés sed, tomás agua.
Basta de jugar a la ruleta rusa, maduremos, cuidemos la vida, por favor. Villa María está teñida con la sangre de nuestros hijos.
Lucía Gigena
DNI 12489277
Mamá de Damián, fallecido en un accidente vial
@ II: “Amigos de fierro...”
Sr. director
En esta vida agitada y alocada que todos estamos viviendo, que aparecen las frivolidades tan a menudo y que parece que hemos perdido todo tipo de sentimientos. La palabra amistad ha quedado en segundo plano, no tenemos tiempo de nada, estamos muy ocupados con nuestra vida, a los amigos los queremos mucho, pero... si nos necesitan... ¿podemos dejar nuestras ocupaciones y responsabilidades para estar con ellos?
Gracias a Dios, todavía hay amigos así. Hemos sufrido una desgracia, en la que un ser querido se ha ido en un desafortunado accidente de tránsito y ante tanto dolor apareció un amigo de éstos, de verdad, un amigo de toda la vida. Me estoy refiriendo a Ricardo Bossa, que me ayudó a mí y a la familia de mi hermano.
En estas cuestiones de burocracia que nos toca vivir en nuestro país, realmente en estos casos sin saber qué hacer, ni como funcionan las cosas, este gran amigo nos estuvo acompañando y prácticamente haciéndose cargo de la situación.
Sabemos que no alcanzan las palabras para agradecer, sabemos que nada alcanza, pero el Señor se va a encargar de darte muchas bendiciones Ricardo, de mi parte y de la familia Nigro, un eterno agradecimiento por todo lo que hiciste en estos momentos tan difíciles por el que nos tocó pasar.
Y nuestro deseo es que tengas una vida llena de felicidad.
Muchas gracias.
Mabel
DNI 14511766
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