Clelia Myrtha Meynet, tiene a su padre enterrado en el cementerio de Villa María y desde hace dos años, le cuesta hacer la visita al cementerio por el estado de los nichos.
“Hice todos los reclamos posibles, pero sigue estando en muy mal estado. Es terrible saber que el agua de lluvia pasa por los nichos. Imagínese el estado del ataúd”, dijo Meynet, una villamariense radicada en Córdoba.
El lugar del problema que denuncia esta vecina es en la galería G, sección 1, en el sector de los nichos 100, 104 y 108.
“No es una mancha de humedad ni una gotera. Directamente el agua de lluvia penetra por el techo en los nichos y sale por el frente cayendo al piso. Tal vez, esto no sería lo más grave. ¿Se imagina usted el estado en que se encontrarán los ataúdes en contacto permanente con el agua? ¿Usted toleraría una situación semejante con algún fallecido allegado a su familia?”, dice la vecina en la carta documento enviada recientemente al intendente Eduardo Accastello.
Rogando que la misiva llegue a manos del intendente, Meynet señala que “el estado de la cubierta de los techos no es producto de una situación fortuita, ocasional y reciente. No, tiene larga data y más bien la catalogo como de una situación lisa y llana de desidia y abandono. Total... los muertos no pueden quejarse”, agrega.
“Es increíble que mientras se está hablando de techar el Anfiteatro (que no deja de ser un orgullo para Villa María), no se coloque una miserable membrana asfáltica en el sector más crítico de la galería mencionada. Creo que dinero para ello no falta, entonces, señor intendente, obligue a sus subalternos que cumplan con su trabajo y que lo hagan con un mínimo de esmero y respeto por quienes quieren descansar en paz en el cementerio”, concluyó.