Dos jóvenes panaderos comenzaron a ser juzgados ayer en la Cámara del Crimen de Villa María a raíz de haber protagonizado un confuso hecho en el que resultó manoseado un menor de 9 años.
Se trata de los hermanos Maximiliano (24) y Ezequiel Alberto Serrano (23), quienes comparecen en libertad, imputados como presuntos coautores de “abuso sexual agravado”, un delito que es sancionado con prisión de tres a 10 años.
Los acusados son hijos de Carlos Serrano, propietario de la conocida panadería y fábrica de grisines que lleva su apellido y que está ubicada en la esquina de bulevar Vélez Sarsfield y José Ingenieros.

¿Por desquite?

Al parecer, el episodio que se procura dilucidar en este proceso oral no se habría producido con fines lujuriosos, sino para “disciplinar” al niño por una serie de presuntas travesuras que habría cometido unos días antes del incidente que terminó con una denuncia penal.
Según pudo saberse, el menor habría arrojado algunos petardos en el ingreso a la cuadra de la panadería, provocando el enfado de los hermanos. Así, el 10 de diciembre de 2007, alrededor de las 20, decidieron castigarlo luego de hacerlo ingresar al lugar de trabajo bajo el pretexto de que le iban a dar un regalo.

Una "choteada"

En esas circunstancias, Maximiliano y Ezequiel Serrano abordaron al chico con una modalidad de apremio vulgarmente conocida como “choteada”, que consiste en presionar las partes pudendas de la víctima a modo de desquite.
La agresión provocó que el menor saliera llorando de la panadería, y tras llegar a su domicilio -ubicado en las inmediaciones- puso a su padre al tanto de lo sucedido. Minutos después, el progenitor radicó una denuncia en la Policía, lo que motivó que efectivos de la patrulla preventiva se constituyeran en el local comercial, aunque no se practicó detención alguna.
Al día siguiente, el papá del chico se presentó en la Fiscalía de Instrucción que estaba de turno, donde se inició un proceso penal que derivó en la acusación de ambos hermanos por la presunta comisión del delito de “abuso sexual agravado” por la participación de dos o más personas, a tenor de lo establecido por el artículo 119 del Código Penal de la Nación.

Qué dice la ley

Dicha norma legal establece que “el que abusare sexualmente de persona de uno u otro sexo, cuando ésta fuera menor de 13 años, o cuando mediare violencia, amenaza, abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad o de poder o aprovechándose de que la víctima por cualquier causa no haya podido consentir libremente la acción (...) será reprimido con reclusión o prisión de tres a 10 años si el hecho fuere cometido por dos o más personas”.

Jueza y partes

El juicio es presidido por la camarista Silvia Saslavsky de Camandone y por tratarse de un hecho de instancia privada, la audiencia se realiza a puertas cerradas, es decir si permitirse el acceso al público en general ni a los medios de prensa en particular.
Además de la magistrada, participan del proceso oral el fiscal en lo Correccional Horacio Vázquez (lo hace subrogando al titular de la Fiscalía de Cámara, Francisco Márquez, quien se apartó de la causa), como así también los abogados Víctor Daghero (patrocina a la familia del chico, que se constituyó como querellante particular) y Julio Monasterio (defiende a los dos imputados), mientras que la secretaria actuante es Gabriela Sanz.
Según trascendió, a poco de comenzada la audiencia de debate los hermanos Serrano se abstuvieron de declarar y posteriormente se recepcionaron cinco testimonios.
El primero en comparecer ante el tribunal y las partes fue el padre del niño manoseado y luego declararon los psicólogos Gustavo Verdú y Fernanda Pérez (ambos, peritos del Palacio de Justicia local) y Paola Radicci (perito de parte, convocada por la querella).
Por último prestó testimonio Omar Tolaba, empleado de la Panadería Serrano.

Ultimos testigos, alegatos y sentencia

Para hoy está previsto que comparezca un funcionario policial que intervino en la causa y un testigo nuevo requerido por la defensa.
Una vez concluida la etapa de recepción de pruebas, y de no mediar ninguna circunstancia que pueda demorar la continuidad del debate, la jueza Saslavsky escuchará los alegatos del fiscal, el querellante y el defensor, y es muy probable que sobre el filo del mediodía se conozca la sentencia.