Los amigos de lo ajeno mantuvieron en vilo a vecinos y Policía de ambas villas en las últimas horas.
Varios delitos contra la propiedad se registraron entre la noche del jueves y la siesta de la víspera.

Financiera

El primer hecho de la seguidilla de robos tuvo lugar en Villa Nueva cuando caía la noche del jueves.
Dos individuos armados irrumpieron en una empresa financiera ubicada en la calle Lima al 500 y amenazaron a la joven que atendía el local.
Se trata de Noelia Mercaú, de 27 años, quien denunció que los asaltantes le sustrajeron 2.000 pesos en efectivo y luego se dieron a la fuga.
Eran alrededor de las 19.30.

Auto I

Minutos después de la medianoche del jueves, Marcelo Agatiello, de 44 años, se presentó en la Comisaría de Villa María para denunciar que le habían robado el auto.
Se trata de un Fiat 147, patente TWN 475, que había dejado estacionado en la calle Belgrano al 380 con las medidas de seguridad activadas.

Arrebato

En tanto, cerca del mediodía de ayer (alrededor de las 11.30) Juan José Madala, de 56 años, fue sorprendido por un par de arrebatadores que en una veloz maniobra lo despojaron de una cartera de cuero en la que llevaba dinero en efectivo, indicó la víctima al personal del Cuerpo Especial de Vigilancia.
Madala había salido poco antes de la sucursal del Banco de la Nación y al llegar a la esquina de Santa Fe y Leandro N. Alem fue abordado por dos sujetos que tripulaban una motocicleta.
Sin darle tiempo a reaccionar, le quitaron la cartera en la que guardaba 3.000 pesos en efectivo.

Auto II

Finalmente, alrededor de las 14 de la víspera, Luis Gutiérrez, de 26 años, se presentó en la oficina de Investigaciones de la Comisaría de Distrito para formalizar una denuncia: le habían sustraído su Fiat 128 marrón, patente WOV 096, que había dejado estacionado en horas de la medianoche del jueves en Colabianchi 216.
El coche contaba con medidas de seguridad.
Luego de varias jornadas de tranquilidad, los delincuentes volvieron a “trabajar” aparentemente a toda máquina.
A los cuatro hechos cronicados aquí hay que sumarle el cuantioso robo a una bulonería de bulevar España (ver página 55).