Mientras que en el predio del subnivel se preparaba el locro gigante (ver página 10), en horas de la tarde, el público se acercaba a las primeras plateas. En el inicio pudo apreciar un cuadro representativo de nuestra "argentinidad" a cargo del alumnos del Instituto del Rosario con la colaboración del Conservatorio Felipe Boero. Momentos después, los animadores Carina Bonoris y Alberto Luna anunciaron las actuaciones del trío Los Zabequi y las solistas Claudia Mazzini y Manuela Mercaú (con su madre Cristina como invitada). Antes del arribo de Facundo Toro, subió a escena el conjunto local Los Talas, el cual se despachó con una presentación de una hora de extensión. El grupo compuesto por los hermanos Agüero y Ariel Bertetti regaló piezas populares con arreglos para cuerdas y vientos, cerrando con "Historia de mate cocido" de Abonizio. Además se sumó el cuarto hermano (José) para un tema en especial.
Por último a las 23, el autor de una "Una carta" tomó su guitarra a minutos de haber descendido de su móvil, para despacharse junto a su grupo con clásicos como "Pasacalles" y algunos nuevos como "El borrachito" y "La diablera", sin dejar de lado recuerdos de su padre Daniel Toro. En tanto su hermano Miguel también se sumó en una interpretación. A las 24 cuando el reloj en cuenta regresiva situado sobre el escenario quedó en cero, el cantante entonó el Himno Nacional, mientras se lanzaban papelitos y fuegos artificiales en el cielo.
Una fugacidad estelar para sellar los festejos bicentenarios.