La gran plataforma digital de venta de libros en español arrancará en junio. Al pacto entre los tres grandes grupos editoriales Planeta, Santillana y Random House se sumarán otros sellos y los libreros. Así nacerá Libranda. Será el gran escaparate global donde las editoriales facilitarán las descargas de sus títulos. Las librerías con la tecnología adecuada los venderán al público. Así respetan la estructura clásica de un negocio al que la piratería acecha pero que todavía no ha notado los grandes estragos producidos por Internet en el cine y la música. Lo que está claro es que el mundo editorial ha aprendido de los errores de otras industrias culturales.
El Grupo Santillana, Random-House Mondadori y Planeta lo han impulsado y cuentan con el 80% de la plataforma. Pero se han unido a ellos, hasta el momento, SM, Wolters Kluwer España, Grup 62 y Roca Editorial. La previsión es que nuevas editoriales lo harán en el futuro. "No venderemos directamente al comprador", asegura Patxi Beascoa a el diario El País, director comercial y de marketing de Random-House Mondadori. Eso sería una peligrosa competencia para las librerías: las tradicionales con tecnología preparada y las tiendas on line. Un pacto saludable para un sector que ha visto cambiar la estructura de muchos negocios culturales. "Tener en cuenta a los libreros es un acierto de partida para este nuevo negocio", asegura Fernando Valverde, presidente de Cegal, la asociación que representa a los vendedores. Habrá unos 5 mil títulos de partida desde junio. Pero entre septiembre y diciembre se desarrollará a fondo. "Es la fecha en la que van a aparecer nuevos soportes electrónicos y debemos estar preparados para surtir el mercado de contenidos cara a las Navidades", afirma Patxi Beascoa.
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La estrategia es incorporar novedades y añadir catálogo a medida que los agentes y los creadores lo autoricen. El panorama para los escritores cambia a mejor. Si antes se llevaban el 10% del precio final por derechos de autor, ahora su retribución quedará en torno al 20% ó 25% del precio neto final en el mundo digital. Es lo que los agentes empiezan a manejar en otros mercados, como el estadounidense. También los lectores verán el precio rebajado. En torno al 30% sería lo ideal. "Lo que se ahorra en impresión y distribución", comenta Santos Palazzi, de Planeta, responsable de Mass Market y Cultural del grupo. Pero eso tendrá que esperar. Existe un último escollo por descifrar antes de salir al mercado. Una pelota que está en el tejado del Gobierno: si finalmente el IVA de las descargas queda en un 18%, como exige la Unión Europea, o en el 4% actual para el libro de papel.
Para los editores, la diferencia es tan ilógica como absurda. "Con ese 18% sólo se beneficia a la piratería", aseguran. El presidente Zapatero prometió al sector la semana pasada que lucharía por el IVA reducido. Fue en una reunión que mantuvo con varios representantes del mundo del libro en el Palacio de la Moncloa para interesarse por la marcha del negocio. Pero al día de hoy es una incógnita. Así que, por el momento, el precio final de la descarga oscilará entre un 20% o un 30% menos de la compra de un ejemplar en librerías.
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