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El juez René Gandarillas, presidente de la Cámara del Crimen de Villa María, condujo el debate oral y público al cabo del cual fueron condenados Forgione y Duartes |
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Dos jóvenes villamarienses fueron condenados ayer a tres años de prisión por la Cámara del Crimen, pero como carecen de antecedentes podrán acceder al beneficio de la “libertad condicional” tras haber cumplido ocho meses entre rejas.
Se trata de Raúl Alberto Forgione y Gonzalo Eric Duartes, ambos de 21 años de edad, quienes admitieron su responsabilidad en dos hechos de “robo simple”, un “robo calificado” por uso de arma (cuya operatividad no pudo ser acreditada) y otro “robo calificado”, en este caso por haber sido perpetrado en poblado y en banda.
La confesión de los imputados posibilitó que el juicio fuera de trámite abreviado, es decir omitiéndose la recepción de pruebas testimoniales en la sala de audiencias, con lo cual la audiencia de debate se redujo considerablemente.
Forgione, con domicilio en Antonio Sobral 415, esquina Tucumán, y Duartes, afincado en Martín Fierro 1050, recuperarán la libertad mañana o a más tardar el próximo lunes, una vez concluidos los trámites judiciales de rigor, pero quedarán “en capilla” durante los próximos años ya que un nuevo traspié delictivo -por pequeño que sea- los devolverá inmediatamente a la cárcel, ya sin posibilidades de obtener la “condicional”.
El juicio fue presidido por el camarista René Gandarillas y contó con la participación del fiscal Francisco Márquez y de los abogados Marcelo Martín Silvano (ejerció la defensa de Forgione) y Eduardo Rigalt (patrocinó a Duartes), mientras que la secretaria actuante fue Gabriela Sanz.
@Dos robos...
Los dos hechos de “robo simple” que se les atribuían a los jóvenes ladrones fueron cometidos el pasado 11 de enero, horas antes de que la Policía los detuviera tras perpetrar el tercer hecho delictivo de la jornada, en este caso uno de los asaltos.
El primero tuvo como víctima a Romina Soledad Ramos, a quien Forgione y Duartes le arrebataron la cartera (con 150 pesos en efectivo en su interior, además de documentos y otros elementos) cuando circulaba por las inmediaciones de Manuel Belgrano y Santiago del Estero.
El otro atraco fue consumado al frente de la casa que habita Forgione (situada sobre el predio ferroviario, en diagonal con el Instituto Rivadavia), donde ambos delincuentes le sustrajeron las zapatillas, una billetera con 20 pesos y otros elementos menores a un adolescente de 15 años que había llegado al descampado que hay en el lugar para jugar un partido de fútbol.
@... y dos asaltos
El primero de los hechos se produjo el 6 de enero, y en esa oportunidad Forgione y Duartes despojaron de 4.300 pesos en efectivo, tarjetas de crédito y documentos personales a José Ignacio Córdoba, propietario de la confitería “Lomo” (ubicada en la costanera), quien fue asaltado y agredido a golpes de puño frente a su casa.
Este hecho fue en descripto como “robo calificado”, a tenor de lo establecido por el artículo 167, inciso 2º, del Código Penal de la Nación (CPN), que establece que “se aplicará reclusión o prisión de tres a 10 años” si el hecho “se cometiere en lugares poblados y en banda”.
Finalmente, el otro asalto se produjo el 11 de enero a las 6.30, cuando ambos jóvenes, a bordo de un ciclomotor Zanella rojo, amenazaron con un arma de fuego a Damián Bravo, uno de los playeros del Automóvil Club Argentino.
Tras aplicarle un golpe de puño en el rostro, los delincuentes se apoderaron de 2.380 pesos, pertenecientes a la recaudación de su turno, y también le robaron el celular a Bravo.
@Son detenidos
Alertada por el asalto en el ACA, la Unidad Departamental de Policía montó un “operativo cerrojo” con controles en diferentes puntos de la ciudad y fue así que momentos después, en el ingreso a la autopista se observó una motito de similares características al utilizado por los ladrones, cuyos conductores se dieron a la fuga.
Se inició así una persecución que culminó con la detención de Duartes y Forgione, quienes tenían en su poder la suma de dinero sustraída y el celular de Bravo.
Como jamás se pudo hallar el revólver utilizado en el atraco, ambos jóvenes fueron imputados por el delito descripto en el último párrafo del artículo 166 del CPN, que destaca que “si se cometiere el robo con un arma de fuego cuya aptitud para el disparo no pudiera tenerse de ningún modo por acreditada (...), la pena será de tres a 10 años de prisión”.
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