Escribe: Federico Gazzoli

Hipólito Yrigoyen de Tío Pujio evitó ayer por la tarde como local el descenso directo, al vencer por 4 a 3 en definición por penales (cayó 1 a 0 en tiempo reglamentario) a Alumni de Villa María, que quedó condenado a bajar.
Con este resultado, los de Germán Vicario -que habían vencido 2 a 1 en la ida- deberán definir con 9 de Julio de Pasco, quien promociona con un equipo de la “B” y quien permanece definitivamente en la máxima categoría, mientras que los de Gustavo Miranda se vuelven a encontrar con un nuevo descenso, haciendo que parezca muy lejano el título obtenido por el “Fortín” en el campeonato anterior.
El inicio del cotejo tuvo como claro dominador a un equipo local que contó con tres situaciones claras de gol como para ponerse rápido en ventaja y así intentar liquidar rápido la serie en su favor.
La primera de ellas llegó a los 4’ cuando Mayco Rodríguez llegó hasta el fondo y envió centro al área chica, donde Diego Marín, de espalda al arco, cabeceó un balón que salió muy cerca del palo derecho del arco de Jonathan Scalzo. La siguiente fue a los 13’ gracias a que Pedro Mansilla llegó sorpresivamente a posición de ataque y probó con un remate de media distancia que salió pocos centímetros por encima del travesaño. La tercera y más increíble (por la manera en que se le negó el gol a Yrigoyen) fue a los 15’, en un tiro libre que Luis Rodríguez envió al área, donde apareció Marín para definir a quemarropa y encontrarse con la gran respuesta de Scalzo, quien -volando de manera tan magnífica como espectacular- desvió el balón con su pierna izquierda.
Alumni, mientras, era una sombra y para colmo de males a los 17’ se quedó con un jugador menos cuando Facundo Depetris vio la segunda tarjeta amarilla, producto de una infracción sobre Rodrigo Liendo. Allí se desató una larga discusión que casi se convierte en escándalo y que tuvo el juego detenido durante casi 5 minutos, debido a que el técnico Gustavo Miranda ingresó al terreno para increpar primero al árbitro Adolfo Rodríguez y luego a Liendo, entendiendo que este último había simulado la infracción.
El panorama era oscuro para los villamarienses, ya que con uno menos durante casi todo el partido, debían intentar dar vuelta el marcador adverso del encuentro de ida.
Pero el fútbol siempre tiene sus sorpresas y a los 22’, en la primera que tuvo, Alumni abrió el marcador a su favor en una jugada en la que primero remató Federico Depetris, Fabricio Garetto dio rebote, y allí apareció Matías Barbuio para empujar el balón de zurda y decretar el 1 a 0.
La anotación tranquilizó mucho al “Fortín” que, por lo menos a partir de ese momento, comenzó a tener un poco más la pelota y al mismo tiempo provocó la desesperación de Yrigoyen, más allá de su intento rápido por buscar una igualdad que se le negó permanentemente, debido a la falta de precisión y al uso excesivo del pelotazo.
Hubo que esperar hasta los 22’ del complemento para despertar al público de una larga siesta provocada por la escasez de situaciones claras. En ese momento Julio Berterame no llegó a rechazar de cabeza y dejó que Federico Figueroa ingrese libre al área, pero el delantero se apresuró y sacó un remate muy alto.
Los dueños de casa nunca pudieron hacer valer la superioridad numérica y recién a los 41’ se aproximaron al arco contrario, cuando Marín quedó cara a cara con Scalzo e intentó definir por encima del portero, pero este reaccionó a tiempo para manotear el balón.
Así, con un 2 a 2 en el marcador global, hubo que trasladar la definición hacia la ejecución de disparos desde los doce pasos. Arrancó pateando Yrigoyen, para quien convirtieron Liendo, Luis Rodríguez, Marín y Mansilla (erró Berterame), mientras que para Alumni anotaron tan sólo Lucas Damiani, Barbuio y Daniel Ramírez (fallaron Jesús Gayoso y Ariel Mascambroni).

El árbitro
Floja y muy discutida desde ambos bandos fue la labor de Adolfo Rodríguez, a quien le pesó en muchas oportunidades tener que ser el juez de un partido tan importante como definitivo. Se equivocó reiteradamente a la hora de cobrar, al igual que sus asistentes.

La figura
Durante los 90 minutos de juego, Ariel Mascambroni actuó como marcador central (habitualmente es volante central) y le aportó a la defensa de Alumni la seguridad necesaria para alejar siempre el peligro de su área, estando mucho tiempo con un jugador menos.