Un delincuente oriundo del Gran Buenos Aires, pero radicado en Córdoba capital, recibió ayer una pena unificada de cinco años y ocho meses de prisión por haber participado en dos asaltos a mano armada, uno de los cuales se registró en esta ciudad.
Se trata de Cristian Andrés Barrionuevo, quien fue declarado coautor de “robo calificado” por uso de arma de fuego cuya operatividad no pudo darse por acreditada, al cabo de un juicio que se llevó a cabo en la sala de audiencias de la Cámara del Crimen local.
En Villa María, precisamente, se produjo el primero de los dos atracos perpetrados durante el mes de abril de 2008 -y con apenas una semana de diferencia- por una banda de delincuentes integrada por al menos tres sujetos, que se llevaron 92 mil pesos de un locutorio telefónico ubicado sobre bulevar Sarmiento al 900, donde además funcionaba un Rapipago.
Barrionuevo, nacido hace 30 años en la localidad bonaerense de Quilmes, fue uno de los dos asaltantes que ingresaron al telecentro que era propiedad del abogado Donato Ansalone y su esposa, Adriana Arese.
Poco después del mediodía del jueves 10 de abril de 2008 los ladrones redujeron, maniataron y encerraron en el baño a la dueña del local comercial y a otras dos mujeres que se encontraban en el lugar.
En no más de cinco minutos se llevaron 12 mil pesos que había en la caja del Rapipago y otros 80 mil que se hallaban dentro de una saca que Arese se aprestaba a llevar a una entidad bancaria del centro para depositarlos.
Un tercer sujeto habría sido el entregador, ya que aquel día pasó gran parte de la mañana utilizando Internet en una computadora y se fue poco antes del audaz atraco.
Exactamente una semana después, el jueves 17, cuatro delincuentes asaltaron las oficinas de una empresa del transporte urbano de pasajeros de la ciudad de Córdoba, pero en esa oportunidad no tuvieron tanta suerte ya que sólo pudieron llevarse 700 pesos en efectivo, además de algunos celulares y otros elementos de menor valor.
Aunque parcialmente, la investigación policial dio frutos en julio del mismo año, cuando se logró la detención de Barrionuevo, tras lo cual quedó implicado en ambos asaltos. Sin embargo, el cuantioso botín sustraído jamás fue recuperado.

Condena anterior

Barrionuevo venía de cumplir las dos terceras partes de una pena de 11 años de prisión dictada por la Cámara Tercera del Crimen de la ciudad de La Rioja, por un violento “robo calificado” perpetrado en aquella provincia.
Tras purgar siete años y cuatro meses entre rejas, obtuvo la “libertad condicional” porque era su primera condena de cumplimiento efectivo, con lo cual quedó debiendo tres años y ocho meses.
Ayer, el camarista René Gandarillas le impuso una sanción de tres años y 10 meses de prisión por los asaltos perpetrados en el telecentro villamariense y a la empresa de colectivos de Córdoba, aunque la unificó con la anterior en cinco años y ocho meses, con declaración de reincidencia.
Cabe señalar que el último párrafo del artículo 166 del Código Penal de la Nación establece que “si el robo se cometiere con un arma de fuego cuya aptitud para el disparo no pudiera tenerse de ningún modo por acreditada, o con un arma de utilería, la pena será de tres a 10 años de reclusión o prisión”.
Como las armas utilizadas en ambos atracos jamás fueron encontradas, no se pudo establecer si eran operativas.
De todos modos, Barrionuevo estará en la cárcel algún tiempo más, ya que deberá cumplir casi la totalidad de la pena impuesta y sólo podrá acceder al beneficio de la “libertad asistida” apenas seis meses antes del cumplimiento total de la pena.
Esto quiere decir que tendrá que completar cinco años y dos meses tras las rejas, de los cuales ya purgó un año y 10 meses.
Además del juez Gandarillas, intervinieron en el proceso oral y público el fiscal Francisco Márquez y el abogado Marcelo Martín Silvano (ejerció la defensa de Barrionuevo), mientras que el secretario actuante fue Roberto Jue.