Un emocionado Luis Landriscina recibió ayer la distinción “Valores Criollos”, instaurada por primera vez en AgroActiva.
Luis Nardi, presidente de la muestra, habló del artista como su amigo personal y lo calificó como “un pintor de imágenes pero sin pinceles; sólo con palabras”.
Al recibir el premio, Landriscina agradeció a la vida por haberle dado tanto. Recordó su origen en el campo chaqueño, con sus padres biológicos italianos y chacareros y sus padres adoptivos españoles y obrajeros. “Quedé huérfano al año y ocho meses y mi padrino se hizo cargo de mi crianza”, rememoró.
No fue más que hasta sexto grado, pero en el momento de los agradecimientos, le dedicó un especial lugar a sus maestras, que le enseñaron el alfabeto y con eso “pusieron el mundo a mis pies”.
Agradeció a Nardi por su amistad. “El hombre siempre busca afectos aunque lo disimula muy bien. Yo he buscado afectos desde chico y creo que mi profesión no es más que una excusa para conseguir ese afecto, por eso valoro tanto la amistad”, agregó.
A la hora de hablar del humor, definió su labor como una de las que más riesgo corre de caer en el mal gusto. “Yo empecé contando chistes de gordos o de borrachos. Por suerte al poco tiempo me di cuenta que no hay que reírse de la gente, sino con la gente.”
Con respeto habla de las costumbres provincianas. “Para contar un chiste cordobés no sólo tengo que imitar la tonada. Tengo que saber el porqué de sus costumbres, conocer su historia, la gente”, afirmó.
De esta manera construye los relatos que lo llevaron a inaugurar el premio “Valores Criollos”.

@ Amor por el campo

En esta edición, el premio de la “Familia rural” recayó en los Dochina. Ariel y Paulina, padres de tres hijos pequeños, recibieron con agradecimiento la distinción otorgada por la megamuestra.
Son un matrimonio de la zona rural de Los Molinos, una población cercana a Casilda en la provincia de Santa Fe. Trabajan ciento cincuenta hectáreas alquiladas, la crisis de 2008 los obligó a buscar alternativas y se diversificaron.
Hoy, además de agricultura tienen un emprendimiento con ponedoras.
Los Dolchina tienen una actividad activa en su comunidad, tanto en la Cooperadora de la escuela rural como en la Cooperativa Eléctrica.
Al recibir el premio, que consistió en regalos de diferentes valores económicos (una semillera le regaló las semillas para sembrar 50 hectáreas) y de gran valor simbólico, Ariel y Paulina expresaron su agradecimiento manifestando: “Es difícil acceder a ciertos beneficios en el campo, pero nos gusta estar acá”.