Escribe: Juan Manuel Gorno
(enviado especial)
Es verdad, como dice Víctor Hugo Cabello, que hoy por hoy no existen grandes diferencias entre los equipos de distintas categorías en el fútbol argentino. Pero este nuevo paradigma es tan cierto como algunos problemas futbolísticos de Unión de Villa Krause que se visualizan en la cancha y que pueden marcar un freno a la ilusión sanjuanina.
Para que Alumni tome nota: su rival en la Promoción es guapo, va al frente, tiene ímpetu para ejercer un juego en pelota dividida y posee armas respetables en materia de jugadas de balón detenido (de hecho, llegó al triunfo ante Juniors en dos acciones tras tiros de esquina). Pero esto tal vez no esté muy por encima de sus errores básicos a la hora de defender.
Por lo menos el domingo, le costó horrores a Unión saber cerrar los espacios en el fondo, así sea cuando fue a buscar el partido (en el primer tiempo) o cuando se replegó para cuidar la ventaja (en el complemento).
La línea de cuatro de atrás se compone con gladiadores incansables que, así y todo, parecen carecer de un sentido de ubicación más claro. Y una muestra de ello, de acuerdo al partido jugado en San Luis, se dio en muchas oportunidades en las cuales dejaron que Cristian Carnero (delantero experimentado de Juniors) los complicara solito, sin encimarlo ni taparle grietas en momentos del tiro al arco.
Lo positivo del equipo de Cabello es que cuenta con un buen arquero: Carlos Biassotti, quien no se complica en los centros, aunque rinde mejor con sus reflejos bajo los tres palos.
A la hora de atacar, Unión se basa en la velocidad de Santiago Ceballos (complicó sobre todo cuando fue por izquierda) y la lucha permanente de Agustín Quiroga, que va a todas. Mientras, como no cuenta con delanteros altos, quien suele actuar de pivot, tirándose sobre los centrales rivales para bajar los pelotazos que llegan desde el fondo, es el volante Acevedo.
En tanto, cuando ejerce presión y domina, Unión suma al ataque al lateral Maximiliano Herrera, alto, de pegada potente en media y larga distancia, y de fuerza para efectuar los laterales, que son casi centros de gol hacia el área.
En cuanto a los tiros libres, si Herrera no le pega recto al arco (tratando de emular a Roberto Carlos), aparece Guerra para enviar el centro a la cabeza del propio Herrera o Acevedo, los más grandotes del equipo.
En el mediocampo parece aflorar lo mejor de Unión, con la manija y la pausa de Jorge Chica (ex Desamparados), en sociedad con sus laderos.
Juniors pecó el domingo por especulativo, sobre todo en el primer tiempo, y cuando tomó riesgos, alcanzó a complicar en demasía al elenco sanjuanino, que sumó gente en defensa, pero sin un orden establecido.
Si Alumni le juega de igual a igual y le impone su ritmo, Unión podría entonces tener sus inconvenientes, más que nada porque llegará con menos piernas.
“A estos no hay que dejarlos agrandar”, dijo un técnico de otro equipo de Argentino A que vio el partido el domingo, en la cancha de Juventud. Quizás por ahí pase la historia.
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