La suerte de Sebastián Baltazar Eve (37) parece estar echada. Sólo una audiencia y tres testimonios bastaron para que quedara "contra las cuerdas", virtualmente "grogui" y a las puertas de una casi segura condena por el alevoso ataque a balazos que sufrió el dirigente social Alejandro Roganti la noche del 14 de abril de 2008 frente a su casa de barrio Rivadavia.
Es que tanto Roganti como su esposa, Analía Lynch, y el policía Federico Bordini no dudaron un ápice cuando, cada uno a su turno y de pie frente al acusado, lo reconocieron lisa y llanamente como el autor de los cinco disparos que estuvieron a punto de terminar con la vida del ex gremialista de Luz y Fuerza.
Tan contundentes y categóricas fueron las declaraciones de los principales testigos, que los abogados del convicto santafesino no pudieron más que esbozar una estrategia defensiva que hace aguas por todas partes. Y no por culpa de los letrados (Alejandro Pérez Moreno y Julio Liviero, dueños de un prestigio profesional innegable), sino porque la prueba contra Eve es concluyente.
Como si eso fuera poco, el fiscal Francisco Márquez y el representante de la querella particular, Luis Juez, machacaron una y otra vez sobre los elementos probatorios más firmes que sostiene la acusación y dejaron al imputado al borde del "nocaut".
Sin embargo, y aunque Roganti se manifieste optimista y confiado en la Justicia, se hace difícil determinar quiénes contrataron a Eve y a su hermano Maximiliano Francisco (32) para asesinarlo a sangre fría.
La propia víctima apuntó siempre sus cañones al secretario General del Sindicato de Luz y Fuerza, Eduardo Brandolín, y a su mano derecha, Miguel Valente... y ayer tampoco fue la excepción.
Después de afirmar que no conocía a Eve y que no había sido víctima de un asalto (sencillamente porque no le robaron nada), el ex candidato a legislador por el Frente Cívico reiteró que el hecho estaba relacionado con las denuncias que había formulado contra Brandolín por el manejo de los fondos del gremio en su propio beneficio y porque había una enemistad manifiesta por parte del dirigente cordobés, que incluso le significó a Roganti la expulsión del sindicato.

"Ninguna duda"

El testimonio que Roganti prestó ayer en la primera audiencia del juicio puede dividirse en dos partes: en la primera, cuando parado frente a Eve y con firme determinación afirmó: "A mí no me cabe duda que esta persona fue a mi casa a matarme... no tengo absolutamente ninguna duda que fue él". Y la segunda, cuando relató pormenorizadamente por qué le atribuía a Brandolín ser el ideólogo del brutal ataque y a Valente quien contrató a los sicarios para asesinarlo.
"El atentado fue decidido por Brandolín y armado por Valente", enfatizó el dirigente villamariense.
La primera parte de su declaración concluyó cuando se quebró emocionalmente y, con lágrimas en los ojos, no pudo continuar relatando los hechos que vivió y que dejaron profundas secuelas psicológicas en su vida y en la de su familia.
Un oportuno cuarto intermedio dispuesto por el presidente del tribunal, René Gandarillas, le permitió recomponerse y abordar con más tranquilidad todo lo relacionado a la autoría intelectual del atentado.
Roganti aseguró que haber llegado a esta instancia del proceso (es decir, con el autor de los disparos sentado en el banquillo), "es un paso importante que da la Justicia, pero incompleto". Y abundó: "Porque si no se determina realmente quiénes contrataron a Eve para matarme, pueden volver a intentarlo".

Negó el hecho

A poco de comenzado el debate, y luego que la secretaria Gabriela Sanz diera lectura a la pieza acusatoria formulada por el fiscal Daniel Del Vö, quien instruyó la causa, Eve negó ser el autor del hecho y se abstuvo de seguir declarando.
Sí compareció ante jueces y jurados sobre condiciones personales, y en la ocasión pudo saberse que su prontuario registra tres condenas, en todos los casos por delitos contra la propiedad.
En setiembre de 1997 fue sentenciado a seis años de prisión por un asalto a mano armada, a fines de 2001 le impusieron una pena de dos años por un robo y en abril de 2005 recibió una condena de ocho años por "robo calificado" y otros ilícitos.
A principios de 2008 tuvo su primera salida transitoria y en la segunda, el 21 de enero de ese año, ya no regresó al penal santafesino donde estaba alojado, por lo que se lo declaró evadido y prófugo de la Justicia.
El atentado contra la vida de Roganti se produjo menos de dos meses después y Eve terminó su corta fuga el 28 de mayo de 2008, al ser detenido en Encarnación, Paraguay. Desde entonces se encuentra encarcelado en el pabellón MX2 del penal de Bouwer, de máxima seguridad.

Por la tarde...

En horario vespertino y durante dos horas declararon la esposa de Roganti y el policía que siguió a los hermanos Eve tras escuchar los disparos y ver salir corriendo a uno de ellos (Sebastián) del pasaje donde está ubicada la vivienda familiar del dirigente.
Tanto Lynch como Bordino fueron igualmente categóricos al sindicar al acusado como el sujeto que efectuó los disparos y que huyó en una camioneta Fiat Fiorino de color blanco (patente FIL 138), a partir de la cual se logró identificar a los sicarios.
Sin embargo, el mayor de los Eve fue apresado recién un mes y medio más tarde y Maximiliano cayó en manos de la Policía española por estar vinculado con robos a joyerías madrileñas. Por ese motivo aún se encuentra a disposición de la Justicia de aquel país y luego será extraditado para responder por el atentado a Roganti.

Hoy y el viernes

El juicio continuará hoy con la recepción de los tres últimos testimonios (el resto de la prueba se incorporó por lectura y varios testigos fueron desistidos), mientras que el tribunal y las partes ya acordaron definir el proceso el próximo viernes, con los alegatos y el dictado de la sentencia.


EL SECRETO DE SUS OJOS

Sebastián Eve guarda un secreto que el propio Roganti se encargó de ventilar una y otra vez. Sin embargo, a la Justicia (al menos por ahora) no le alcanza para sentar en el banquillo a los autores intelectuales del alevoso atentado.
Eve sabe que abrir la boca lo va a dejar en peor situación procesal, sencillamente porque admitir un crimen por encargo tiene una pena muchísimo más grave que la que pueden darle el viernes cuando finalice este juicio.
Por eso calla, aunque sus ojos "hablen" demasiado.
Y fue precisamente su mirada -fría, letal- la que lo dejó a las puertas de una casi segura condena, porque tanto Roganti como su esposa afirmaron que jamás olvidarán ese rostro, el mismo que los enfrentó con un arma de fuego en la puerta de su casa.
"¿Vos sos Roganti?", interrogó el sicario a su presa aquella noche de abril, y cuando Alejandro asintió con incrédula sorpresa, sin mediar otras palabras le descargó cuatro balazos que impactaron en sus piernas y lo dejaron en el piso, desangrándose.
Segundos después, Analía acudió en auxilio de su marido, pero se topó con la misma arma apuntándole al rostro. Y de inmediato el quinto disparo, al pecho, para rematarlo.
Los dos vieron, en primerísimo plano, la cara de un sujeto al que nunca habían visto, pero que jamás podrán olvidar. Porque en sus ojos quedó grabado el reflejo frío y letal de la muerte. Y difícilmente pueda borrarse de la memoria semejante mirada, aunque el secreto que guarda sea eterno.

Daniel Rocha



Descripción de las fotografías

Foto 1: Roganti fue el primero de los testigos que declararon ayer, el único que lo hizo por la mañana. Durante su conmovedor relato, reconoció sin duda alguna a quien le disparó cinco balazos

Foto 2: Sebastián Eve negó el hecho y después se abstuvo de seguir declarando. Sí debió responder sobre condiciones personales

Foto 3: Diez efectivos del Grupo de Operaciones Tácticas Penitenciarias custodian con sorprendente rigurosidad la seguridad de Sebastián Eve, quien además utiliza un chaleco antibalas

Foto 4: El fiscal Márquez aportó una vista aérea de la zona donde se produjo el ataque a balazos. La obtuvo de Google Earth

Foto 5: El último testigo de la primera audiencia fue Federico Bordino, el policía que posibilitó llegar a los hermanos Eve tras seguirlos en su moto momentos después del alevoso intento de homicidio

Foto 6: Dos fotografías, el mismo instante. Analía Lynch, esposa de Roganti, también reconoció a Eve con absoluta certeza

Foto 7: Parte de los ciudadanos que integran el jurado popular que deberá decidir sobre la inocencia o culpabilidad del acusado

Foto 8: Roganti y su esposa aseguraron ayer que jamás olvidarán el rostro y la mirada del sicario