Escribe:Pepo Garay
(enviado especial
de EL DIARIO, desde Johannesburgo)

En el medio de la ansiedad y la expectativa que genera el debut de la selección en Sudáfrica 2010, sobrevive una certeza que nadie en este país se atrevería a contradecir por estas horas. Y es la que sostiene que hoy, ante Nigeria, la Argentina será más visitante que nunca.
El pronóstico se justifica a partir de dos argumentos fundamentales. Primero, la inclinación natural de los sudafricanos a apoyar a los equipos del continente por sobre los demás. Segundo, la inmensa comunidad nigeriana que habita en la nación anfitriona, y que de seguro se hará oír en las tribunas.
Según cálculos extraoficiales, más de 100 mil personas provenientes del país centroafricano residen actualmente en Johannesburgo y alrededores. Esa inmensa masa de gente, sumados a aquellos que llegaron especialmente a alentar a Las Aguilas durante la competencia, terminan de darle cuerpo a la sentencia.
Basta por caminar por los alrededores de Ellis Park, donde se jugará el partido de hoy, para echar luz sobre el asunto. En Yeoville, a unas cuadras del estadio, la localía de Nigeria se siente. Y cómo. En uno de los barrios con peor fama de la ciudad, las banderas y camisetas verdiblancas copan la parada.
Entre miradas inquisidoras y sórdidas postales, EL DIARIO recorre las calles del distrito, hogar de narcotraficantes, prostitutas e inmigrantes ilegales. Nos acompaña Nick, acaso el único blanco que reside en estos parajes. Cantante de una banda de Hip Hop, se mueve como pez en el agua por las calles y, al son de la música y los aromas circundantes, explica: “Gran parte de los habitantes de Yeoville son nigerianos”. Muchos de ellos son buena gente, pero acá siempre se los identificó con las drogas y los negocios oscuros. Es una comunidad muy grande. No tengo dudas que serán mayoría en el estadio”.
Nick dice poder reconocer fácilmente a los nigerianos, a partir de su imponente contextura física y su forma de hablar: “Tienden a ser gritones, un poco rudos. Les gusta mostrarse fuertes y seguros de sí mismos”, remarca. A diferencia de otros inmigrantes, como los Zimbabuenses o los Mozambiqueños, los nigerianos no suelen mezclarse con los criollos. La opinión popular los coloca en un lugar incómodo: la mayoría se refiere a ellos de manera despectiva.
De hecho, la llegada de la selección liderada por el legendario Nwankwo Kanu al sur continental provocó críticas y controversias. Los medios locales salieron a acusar a los jugadores nigerianos por ser desconsiderados y muy poco afables con los sudafricanos.
Así y todo, los de verde contarán con el apoyo general para el partido de hoy. A pesar de ciertas diferencias y resentimientos, queda claro que aquí, los africanos juegan en casa.