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El comandante Say No More repasó su amplio repertorio y habló de Argentina en el Mundial - Gentileza La Voz |
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Fue un sábado diferente, casi perfecto. A la mañana Maradona y sus jugadores nos permitieron sacar un grito que tuvimos en la garganta durante cuatro años. Luego, centenares de hinchas en las calles de Córdoba festejando. A la noche, la presencia de Charly en el Orfeo. Luego de cinco Luna Parks y su gira en México, llegaba para sacarnos las ganas de verlo que tenemos siempre. Después miles de espectadores dentro del Orfeo, festejando por verlo.
Ya en las tribunas y en el campo se veían las remeras y banderas de Charly. Gente de todas las edades, con familias y sus hijos chicos y gente entrada de edad. Todos coreando por Charly y esperando a que a las 21.30 comenzara el show. Si bien hubo que esperar, no fue mucho tiempo ya que a las 21.50 se apagaron las luces y la pantalla gigante reproducía un telón que se iba sacando a medida que entraban los músicos. Permitiendo el aplauso con Hilda Lizarazu y el delirio cuando entró Charly.
“Demoliendo hoteles” fue el tema que abrió la noche y el primero de unos 28 que no hicieron más que estremecer a todo el público, con un vídeo alusivo al tema y las imágenes a los costados de un Charly con una cara un poco gorda y la vitalidad de sus manos que fue capturada por la cámara toda la noche.
Luego con “Promesas sobre el bidet” se vio toda la genialidad en el piano y la interactuación con el público. Bailando y haciendo las veces de director de orquesta con su banda. Más tarde preguntó: “¿Pensaban que me había vuelto bueno?” Y comenzó con “Cerca de la revolución”, dando lugar al primer gran pogo de la noche.
Antes de comenzar con “Filosofía barata y zapatos de goma”, en medio de los primeros “olé olé Charly, Charly”, él mismo dijo: “Uno a cero a Nigeria, menos mal. Los demás goles vienen después”, para demostrar que estaba en todas. Pasaron “No te animás a despegar (vía muerta)”, “La medicina del amor” y “Adela en el carrusel”, y la confesión: “Después de esta fina balada, queremos… yo por lo menos ¡rock and roll!”. Lo que provocó que la gente se dejara llevar nuevamente por los temas y viajara desde el desorden hasta lo sentimental.
Siguió con “Rezo por vos”, dedicado para Gustavo Cerati y el deseo de que “eso alcance para algo”, con la adhesión de la gente que ovacionó al ex Soda Stereo. Los éxitos se fueron sumando y los fanáticos enloquecieron con “Yendo de la cama al living”, “Influencia”, “Tu vicio” (a mucha honra en palabras de Charly), “Estoy verde” y “Deberías saber por qué” entre otras.
Luego de la primera despedida que duró tan sólo cuatro minutos, volvió. Una bandera argentina colgaba en su espalda y el piano lo esperaba para que cantase “Hablando a tu corazón” y el “Himno Nacional”, en un momento con mucha emoción al grito de ¡Viva la patria! Se fue nuevamente y volvió ayudado por Hilda Lizarazu, como en toda la noche, convirtiéndose en la segunda protagonista del escenario. Ahí avisó: “De acá salió todo” y comenzó con “Canción para mi muerte” para despedirse agregando que era “el artista de las buenas intenciones”.
Cuando todos se iban un murmullo hizo que se volvieran para escuchar ahora sí la última canción. “No se va a llamar mi amor”, fue el cierre a dos minutos de iniciar el domingo.
Fue el cierre de una velada inolvidable. Un día en que la selección de la mano de Maradona ganó y nos dio una alegría. Fue la noche en que el eterno Charly, volvió y demostró su genio. Fue una jornada en la que si bien no existió la perfección, la rozó. En la que fútbol y rock se juntaron nuevamente. Un día en el que si hubiese estado el “Che” o Gardel la fiesta no habría tenido fin.
Juan José Coronell
Especial para EL DIARIO
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