Cultura para el Desarrollo es un programa basado en subprogramas y proyectos de sensibilización, formación, intercambio, creación de redes orientado a la revalorización de la cultura. Bajo la órbita del Instituto de Extensión, la realización y gestión del programa “Cultura para el Desarrollo” es coordinado por la magíster Silvia Aballay, con la colaboración de la magíster Carla Avendaño y del profesor Pascual Crichigno. De acuerdo a lo planteado, contempla la participación abierta de las localidades de la provincia de Córdoba y limítrofes. En esta oportunidad la jornada de capacitación se concretó en Río Segundo y contó con la participación de intendentes, secretarios de gobierno y responsables de cultura de esa ciudad y la región.
La iniciativa tiene como objetivos formar gestores y hacedores de cultura en ámbitos públicos y privados, promover a los hacedores culturales, propiciar el intercambio entre regiones; crear y fortalecer redes de relaciones entre las comunidades a través de la cultura, como así también revalorizar el rol de las instituciones del Estado y académicas como referentes del desarrollo estratégico.
En referencia al trabajo desarrollado en Río Segundo, Aballay subrayó que “en una primera instancia, se trabajó la idea de cultura como dimensión estratégica para el desarrollo. Es decir, se abordaron las diferentes posturas y la consideración que tiene el programa acerca del desarrollo estratégico-cultural vinculándolo con el desarrollo integral del ser humano”.
Además, se trabajó con los conceptos de cultura y región a fin de acordar parámetros para la puesta en práctica de estrategias culturales. Pensada como una propuesta integradora, Aballay remarcó que en el “programa el concepto de región que se plantea es el de una región abierta, operativa, funcional, ligada a las vías de comunicación, a las posibilidades que cada localidad tiene de llegar a un determinado punto para poder concretar estos encuentros más allá de los límites geográficos o políticos de cada una de ellas”.
Si bien una de las metas es “formar gestores culturales”, también se revaloriza el intercambio de las producciones culturales locales y regionales, “y esto va de la mano de la formación”, destacó Aballay. A partir de las actividades planteadas y por la experiencia que promueve el programa se desprende que la gestión en cultura debe ser una actividad abierta y enriquecida por quienes trabajan en su desarrollo y difusión. En esta tarea convergen no sólo el hacer del director o secretario de cultura de los municipios, sino a todo el personal destinado a esa área. “Por eso creemos que es fundamental la capacitación de todo el equipo”, subrayó la docente.