El seleccionado argentino, por actitud, por querer siempre quedarse con los tres puntos, venció ayer 2 a 0 a Grecia y se clasificó primero en el Grupo B del Mundial de Sudáfrica 2010 y el domingo que viene enfrentará a México, por los octavos de final.
Martín Demichelis y Martín Palermo, en el segundo tiempo, marcaron los goles del partido, jugado en el estadio Peter Mokaba, de la ciudad de Polokwane.
Argentina finalizó la fase de grupos con puntaje ideal, nueve sobre nueve.
Para el partido de ayer, Maradona hizo siete cambios, que se sintieron, pero Argentina siempre fue superior a un amarrete equipo griego, que ni perdiendo salió a buscar el empate.
Por una cuestión de actitud terminó ganando el seleccionado argentino, que tuvo siempre la pelota, intentó, pero no estuvo fino en los metros finales, por eso la diferencia fue sólo de dos goles.
En el primer cuarto de hora el seleccionado argentino se mostró muy desordenado en el medio, con Juan Sebastián Verón flotando por delante de Mario Bolatti y con Maxi Rodríguez tirado muchas veces contra la punta por lo que todo fue muy desprolijo.
Sólo Bolatti le aportó claridad al equipo, porque cortó y distribuyó, pero lo suyo estaba muy lejos del arco y los que tenían que darle el pase profundo final fallaron.
Así y todo, la diferencia en el juego a favor de Argentina fue muy grande, pero el problema, en ese arranque era que el desorden llevó al equipo de Maradona a carecer de profundidad.
Una entrada por izquierda de Sergio Agüero y un remate de larga distancia de Verón, que sacó el arquero griego en ambas ocasiones, fueron lo más cerca que el equipo estuvo del gol.
El dominio de pelota de los ayer vestidos de azul fue abismal, pero Verón no estuvo preciso, Messi tenía que bajar mucho y faltaban desbordes.
Cuando el seleccionado creció por alguna de las bandas llegaron las chances, como una luego de un desborde de Milito, que derivó en un centro que Agüero estuvo a punto de convertir.
Los griegos mucho no inquietaron y cuando se acercaron al arco defendido por el siempre seguro Sergio Romero apareció Martín Demichelis en su real dimensión, salvando al equipo con cruces acertados.
La marca escalonada de los griegos para Messi, más una defensa rival parada con siete hombres, fueron una cuestión difícil de resolver.
Claro, que frente a las imprecisiones de Verón fueron una ayuda para Grecia, que siempre se conformó con el empate.
Para el segundo tiempo Maradona mantuvo a los mismos que iniciaron el partido. A los 2’ Samaras estuvo a punto de vencer al arco de Romero, pero su remate salió desviado. Fue un llamado de atención.
Messi y Verón comenzaron el segundo tiempo como el primero, tratando de juntarse, rotando posiciones, pero no podían completar una pared y cuando lo hicieron todo quedó en la nada.
Y con Messi obligado a gambetear a todos, con Verón sin ser el Verón de siempre, al seleccionado argentino, pese a tener la pelota y buscar, se le hizo el partido cuesta arriba.
Maradona mandó a la cancha a Angel Di María y sacó a Maxi Rodríguez, pero el cambio no fue la solución.
Más allá de todo, la actitud valiente del equipo, yendo a buscar, exponiéndose a una contra siempre estuvo presente.
El mejor de Argentina, Bolatti, tuvo la chance más clara, con una volea dentro del área que el arquero Tzorvas atajó sin dar rebote.
Con errores, chocando, Argentina siguió buscando, con hidalguía, con decisión, equivocándose una y otra vez, hasta que salió el tiro para el lado de la justicia, Demichelis tomó un rebote dentro del área y puso el partido 1 a 0.
A veces es difícil brillar contra un equipo tan mezquino como lo fue el griego, pero lo importante fue la actitud, saber a qué jugar e intentarlo.
Luego llegó el tiempo para que Palermo se hiciera presente en la historia de los mundiales, con lo suyo, el gol, que marcó luego de aprovechar un rebote luego de un remate de Messi.
Argentina ganó, no llegó a brillar, pero le alcanzó para ser superior y para cerrar la fase de grupos con puntaje ideal y los sueños de campeón más intactos que nunca.
La visión local: Emotivo

(*) Miguel Juan
El partido para Argentina fue más emotivo que bien jugado.
El seleccionado tuvo un trabajo muy prolijo y, si bien se notaron los cambios, el equipo no se resintió, máxime si tenemos en cuenta que el adversario no propuso nada.
Grecia fue un rival que se metió atrás con los once, se limitó a defender un empate, soñando que con eso podía clasificar. Tuvo una sola llegada y desde afuera del área. Lo suyo fue sólo una propuesta defensiva.
Entonces quizás nos faltó mayor profundidad. Hasta tres cuartos de cancha bien, se tocó, se abrió la cancha, pero luego nos faltó esa explosión que generalmente le mete Messi, que encara a los defensores; Agüero sólo lo hizo una vez. Verón también anduvo lateralizando, sin profundidad en los pases. Además, no hubo presencia clara arriba, en el área.
En el segundo tiempo, Grecia sabía que necesitaba ganar, pero más allá de los cambios, no generó nada.
Argentina tuvo algunos pasajes de mejor distribución porque Messi bajó algunos metros y entró más en contacto con la pelota.
Me dejó una buena impresión el ingreso de Pastore, que le dio claridad al juego. Después, el gol de Demichelis quebró el resultado y ahí se acabó el partido porque Grecia no supo atacar.
Lo más emotivo y significativo fue el gol de Palermo. Por eso digo que la actuación de Argentina pasó más por emotiva que por descollante, estuvo por sobre lo futbolístico.
Al equipo lo veo con optimismo para el resto del mundial. Me parece que tenemos una gran jerarquía individual y cierta cuota de fútbol colectivo, algunas pinceladas importantes.
En realidad, Argentina y Brasil imponen mucho su jerarquía individual en este torneo. Se nota la diferencia.
Es tanta la riqueza nuestra que los suplentes son el delantero del campeón de Europa (Milito), un Agüero que es una de las figuras más importantes de España, Pastore, Bolatti... Prácticamente todos juegan en los equipos de primera línea de Europa.
* Relator y periodista de FM Sport y jefe de la sección deportes de LV2. Conduce el programa “Tiempo de Mundial”, por el canal Mirate.