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Elía y Robirosa son quienes charlaron con alumnos y docentes |
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Los responsables de la colección privada más importante de arte contemporáneo argentino confiesan que ni se les había cruzado por la cabeza acumular semejante capital cultural cuando recién iniciaban, en los tempranos ochenta y en plena dictadura. Eran dos aficionados al arte plástico, que compraban cuadros mientras podían y con él su propio criterio estético, de artistas jóvenes a "quien nadie les compraba ni nadie los reseñaba en los medios o que estaban exiliados como a Felipe Noé". Ahora tienen inventariado cerca de 130 obras, compradas en 500 dólares (en promedio) y valuadas en cuatro ceros o más.
Esa es la anécdota inicial que abrió la interesante y amena charla que mantuvieron con la prensa Alberto Elía y Mario Robirosa, los destacados galeristas que por primera vez disertaron en nuestra ciudad, a pesar de que el primero de ellos es oriundo de Villa María. Anoche expusieron sobre "Coleccionismo en el arte" en la Escuela Superior de Bellas Artes, invitados por la galería Los Cuatro Gatos.
A días de haber expuesto dos tercios de su colección en el Museo Niemeyer de Curitiba, el más grande de Latinomérica, arribaron a la Villa fastidiados por el "nulo apoyo del Estado" para financiar esa importante muestra. "Cuando le pedimos a José Nun (secretario de Cultura de Nación) nos dijo que no había fondos, pero después te enterás que con dinero público se bancan exposiciones de obras de su mujer, que encima son un mamarracho", sentenció Elía.
"Es increíble -agregó- el nivel de corrupción tremendo con que se maneja en este ámbito, además, lo que se muestra es lamentable". La magra calidad de exposiciones también la atribuyeron a los críticos de arte que "se equivocan históricamente" y que "sólo escriben para ellos y cuando les pagan". "De hecho -añadieron- no salió ni una línea de la muestra que hicimos en Brasil".
Dictadura. "Es extraño pero hemos hecho muestras tremendas con cuadros de fuerte contenido en esa época pero no pasó nada. Lo que pasa que los militares eran unas bestias, no les importaba la cultura. Si le hubiesen dado pelotas estaríamos muertos. Sí una vez, tuvimos que descolgar todos los cuadros de Pablo Suárez por temor a que nos encarcelaran por 'pornografía' y que le quemaran las obras".
La obra. "Una obra buena es captada por cualquier persona, sin conocer nada de arte. A veces tiene que pasar cierto tiempo para que se logre comprender".
Láminas. La gente compra reproducciones o láminas y no obras originales por ignorancia o por miedo, por el temor de haberse equivocado en la elección. Es una tontería, hay que alentar a los nuevos artistas sobre todo.
Muestra. Por otra parte, hoy a las 21 se abrirá la muestra pictórica del artista cordobés Diego Dayer en Los Cuatro Gatos (Chile 256).
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