Escribe: Pepo Garay (enviado especial de
EL DIARIO y Adiccra, desde Johannesburgo)
n Las Varillas el tipo despierta envidia. Marcelo Baravalle es probablemente el único de la localidad del Departamento San Justo presente en Sudáfrica 2010. Apenas un puñado de habitantes de nuestra región pueden mostrar orgullosos sus credenciales de “Yo estuve ahí”. El es uno de ellos.
Otro es Mario Bergero, oriundo de Cintra y amigo íntimo de Marcelo. Juntos se embarcaron en esta aventura mundialista y aquí están, felices de poder llevar a cabo el sueño postergado. “Hace como dos años que vengo con el proyecto, aunque siempre tuve como objetivo presenciar un Mundial. Soy fanático del fútbol, no puedo creer lo que estoy viviendo”, comenta Marcelo, de 42 años, casado y con un hijo. Sobran los motivos para creerle. Su filiación con el deporte de la redonda viene de mucho tiempo atrás. Nacido en el barrio de Alto Alberdi, en Córdoba capital, absorbió desde muy chico la pasión por Belgrano. De hecho, hoy continúa escapándose a la capital provincial para seguir al “pirata”. “Siempre estuve ligado al ámbito del fútbol, me gusta mucho”, comenta este profesor de Educación Física devenido también en productor agropecuario, además de dirigente del club Almafuerte de Las Varillas.
Ese mismo entusiasmo por el fútbol hace que hoy Marcelo disfrute en Sudáfrica de una experiencia única e irrepetible. Luego de los dos partidos de Argentina en Johannesburgo, él y Mario se trasladaron a Polokwane, donde Argentina disputó el martes su último compromiso de la primera fase, ante Grecia. En relación a las posibilidades del conjunto de Maradona en este Mundial, el hombre de corazón celeste dice tener muchas esperanzas: “Yo creo que siempre somos favoritos, más allá del buen rendimiento que estamos demostrando. Le tengo mucha fe, por la talla de los jugadores que tenemos y por lo que significa Argentina”, asegura. Los dos se trasladaron a Ciudad del Cabo, donde ayer observaron el duelo entre Camerún y Holanda, válido por la última fecha del Grupo E.
Pero claro, no todo es fútbol en la vida, inclusive durante un Mundial. Conscientes de ello, Marcelo y Mario aprovecharán su estadía en Africa para realizar un safari y alguna que otra actividad turística. “Siempre nos interesó el Continente Africano, ya que nos gusta mucho la naturaleza y los animales. Este año tomamos ventaja del Mundial para recrearnos con esas cosas también”, argumentan y añaden que quieren conocer “lo que más se pueda” de la cultura sudafricana.
¿Y por casa que dicen que se vinieron solos? “Nuestros amigos están orgullosos y nos desearon mucha suerte en este viaje. Y nuestras mujeres saben lo que nos gusta el fútbol así que nos dieron el permiso”, aclaran a las risas. Así, con esa alegría, este par de amigos sigue disfrutando del Mundial.
En foco
Los sudafricanos acceden a “darle una ojeada” a las páginas de EL DIARIO cada vez que nuestro enviado especial aparece con su “camarita” al hombro. Los nativos se muestran permanentemente amables y dispuestos en cada requisitoria en la capital sudafricana y felices a la hora de hacer sonar sus vuvuzelas, por más que el seleccionado local haya quedado eliminado de la competencia Mundial. Las calles de la ciudad están siempre coloridas
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