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Oddino dijo que hay que comenzar en el pre parto a trabajar - El ingeniero Gonsolín apuntó a la recría como nueva categoría |
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Carlos Oddino y Rodolfo Gonsolín, ambos agrónomos, expusieron en el marco de la Cuarta Jornada Nacional de Lechería llevada a cabo en nuestra ciudad el pasado 16 de junio, sobre la importancia de mirar a la recría de holando, tanto en hembras como en machos, como un interesante valor agregado a la producción lechera, en un nuevo panorama de precios y cambio de paradigmas productivos.
La recría, que antes se veía como un problema, hoy se suma como parte de la producción tambera, con números claros, y tácticas y estrategias necesarias para obtener buenos resultados, ya sea para reposición de vacas lecheras o para venta de carne.
Oddino
"Cuando la recría se hace bien, se ven los frutos"
"La recría eficiente comienza en el preparto. Hay que tener objetivos claros, como el del peso al parir de cada vaquillona, 530 kilogramos es lo ideal, y con esto se garantiza la cantidad de litros promedio por vaca/año, de lo contrario se bajaría la producción gastando la misma cantidad de alimentos", inició el ingeniero agrónomo.
Para Oddino, "el peso no es el único objetivo en la recría, sino que la vaca puesta para servicio, debe además tener el peso y la alzada de la madre, esto aumenta la eficiencia de conversión, transformando el alimento en leche, esperando que la vaquillona termine su período de crecimiento".
"Cuando se comenzó a obtener información sobre nutrición, teniendo a disposición esta información, sabemos que es clave no sólo el peso, sino que las hembras crezcan en alto, en largo y no en grasa", agregó.
La Asociación Criadores Holando Argentino (ACHA), dijo Oddino, "marca como definitoria la condición corporal al servicio, recomendando que la edad del parto oscile entre los 24 a 26 meses, teniendo en cuenta que cada cinco kilogramos más por vaquillona representan entre tres y cinco litros de leche más por día en la próxima lactancia".
Y sostuvo que "la recría de vaquillonas tiene tres grandes etapas: la primera, de crecimiento desde su nacimiento hasta los 8 meses; de los 9 a 15 meses la preparación para el servicio y del mes número 16 en adelante, cuando está preñada. En todas estas etapas, la nutrición en energías y proteínas para optimizar el crecimiento, debe ser controlada y adecuada de acuerdo a cada sistema y rodeo balanceando las necesidades".
"Los productores deben dejar de resistirse a la recría, hay que cambiar la historia del tambo", sentenció el especialista.
"Identificar y pesar, fecha de nacimiento en la caravana, que es indispensable para seguir al animal sin planillas, ser consecuentes en formas, días y horas de pesaje, evaluar las conclusiones comparativas al personal que maneja los animales, es fundamental trabajar en equipo", manifestó el profesional.
Expresó que se debe "tener en cuenta la importancia del agua y de la sombra, del agua en cantidad y en calidad, y sombra disponible hace al logro de objetivos al igual que la lectura de los comederos y la limpieza de los mismos, respetando las terneras más débiles, controlando la alimentación, limpiando las aguadas".
"El manejo, es la mejor fórmula para los buenos resultados", cerró Oddino.
Gonsolín
Macho Holando ¿nace una nueva categoría?
"La opción de criar machos holandos puede dar en 170 días el ciclo de engorde terminado y esto ahora rinde en números y en mano de obra genuina en el área rural", dijo Gonsolín.
Según el profesional, "ensayos realizados por el panelista y un equipo de trabajo en una empresa privada, han demostrado que es beneficioso criar a los machos enteros, porque las hormonas presentes en el animal, ayudan a distribuir mejor los kilos obtenidos diariamente en el engorde".
"El manejo, al igual que en las hembras, es fundamental para el resultado positivo de la cría de machos, en la que juega un rol muy importante el sabor reconocido de esta raza, especialmente en animales de corta edad, donde además pone de relevancia la terneza y jugosidad en cada corte", especificó.
Y a modo de conclusiones, sostuvo que "este ternero, está mejor adaptado para la exportación, puede venderse para invernada en caso de no poder realizar el ciclo completo, generando interesantes ingresos y valor agregado al tambo, iniciando la crianza en guarderías o guacheras, con dietas prácticas, medicinas sencillas y registros permanentes".
"Esto permite la integración de más eslabones a la cadena productiva, atendiendo la demanda de los consumidores, tanto en mercado interno como externo, y debe llegar a los productores tamberos, para que comiencen a ver al ternero macho como una fuente interesante de ingresos, que suman divisas tanto para el productor como para la región", concluyó Gonsolín.
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