Cuando los integrantes de la patrulla preventiva observaron a dos sujetos bajando bolsas con cemento en un domicilio tuvieron la tentación de pensar ¡cuánto esfuerzo, esta gente trabaja de sol a sol...!
Pero, claro, ese detalle era el que precisamente faltaba: no había sol ni claridad. Eran las 2.25 de una madrugada bastante fresca por la ventolina del sur, por lo que los uniformados entraron a sospechar.
Fue en Malvinas Argentinas y Porfirio Seppey (no se precisó si en barrio San Justo o San Juan Bautista), pero cuando los agentes intentaron identificar a los “laboriosos” desconocidos, éstos sufrieron un “ataque de luz mala”: uno, fugó del lugar; el otro, ingresó a la vivienda.
Allí quedó el carro de dos ruedas, con un par de bolsas con cemento en la caja y 10 más sobre la vereda.
Poco después, refirió la Unidad Departamental, lograron entrevistar en el lugar a una mujer de 31 años, quien reconoció que el carro es propiedad de su esposo, pero que éste no se encontraba en la casa.
Ni hablar de las bolsas de cemento. La mujer del dueño del carro o esposa del ausente, en cualquier caso con paradero desconocido, primero se aseguró el rodado, mientras que por dentro habrá pensado: “Que lo vayan a buscar a mi marido...”.
Así las cosas, mientras seguía bajando la temperatura, la Policía secuestró las 12 bolsas con cemento... y también el carro.
De andar averiguando nomás por la zona, pudo saberse, poco después, que en Tacuarí 1066, en barrio San Justo, existe una obra en construcción que, por esas casualidades, tenía el portón abierto en plena madrugada.
Fue el vecino, propietario de esta obra, quien empezó, aunque a medias, a aclarar el asunto. El hombre constató que justamente a él le faltaba una docena de bolsas con cemento, las que, según cierra la crónica policial, “habrían sido sustraídas por autores ignorados”.
Como tantas veces pasa: está el botín, está la víctima, está el medio utilizado para robar, está la esposa del dueño del medio, llegó la Policía, pero la madrugada los hizo invisible... (tal vez aún no había fraguado el cemento).