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A la mayoría de los chicos le desagradan los menúes. Cuestionan las salsas, la carne y el arroz |
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“No, no nos gusta”. Eso es lo que expresaron la mayoría de los niños que fueron abordados ayer por EL DIARIO en la vereda de la escuela Arturo M. Bas de barrio Las Playas.
Esta es la tercera comunidad educativa de la que salen quejas por la comida que brinda el Paicor desde que cambió la modalidad (antes eran las cocineras las que elaboraban la comida en las propias escuelas, ahora una empresa envía la vianda). Ya habían existido reclamos en el IPEM 49 Domingo Fautismo Sarmiento y en la escuela Juana Manso.
Ante los dichos de algunos padres, este matutino había consultado el martes a la directora, Mariela González, quien descartó inconvenientes con la alimentación.
En la víspera, concurrimos a la vereda del establecimiento de Nivel Primario y abordamos a dos grupos de niños al momento en que dejaban el comedor escolar, pasado el mediodía.
“No, no nos gusta”, fue la frase más repetida. La mayoría de los pequeños enfatizó que el menú que les sirven no les gusta y que antes la comida era mejor. La charla se dio con chicos de 8 a 11 años.
También, el periodista y el fotógrafo dialogaron con tres madres que se encontraban circunstancialmente en las inmediaciones de la institución. Ninguna estaba al tanto de lo que pensaban sus hijos, a quienes le preguntaron delante de EL DIARIO. La respuesta de los chicos fue, generalmente, que no estaban conformes.
Los niños abordados se quejaron del arroz (“es muy seco”), las salsas y el sabor de las carnes. Sí avalaron los postres, que son alfajores o frutas. Ayer les dieron mandarinas.
También revelaron su descontento hacia las cocineras: “Nos retan porque no terminamos de comer.”
Palabra de la directora
González, quien conduce este establecimiento, atendió ayer a este medio en su despacho y reiteró que “no permitiría que la alimentación tenga mala calidad”.
“Yo pruebo la comida todos los días, cuidando la alimentación de los niños”, subrayó.
En resumen, la docente sostuvo que los menúes elaborados por la empresa que está a cargo son de muy buena calidad y nutritivos, admitiendo que muchas veces podrían no gustarle a los pequeños.
“Hay que acostumbrarles el paladar. El año pasado vivían comiendo guisos porque es lo que les gusta. Las cocineras adaptaban los ingredientes para elaborar menúes que les agradaban a los chicos”, subrayó.
También sostuvo que “los chicos muchas veces repiten lo que han escuchado por ahí”.
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