Tiene 37 años, se llama Brendan Martin y vivía en Nueva York hasta que la experiencia de observar el proceso de recuperación de una empresa, por parte de grupos de trabajadores argentinos, lo marcó para siempre.
De todos modos y lejos de las tempestuosas calles de Buenos Aires, Brendan cayó en la cuenta del dilema nacional desde la cómoda butaca de un cine tipo show case de su barrio Morningside Heights, la zona de Manhattan donde también se encuentran la Universidad de Columbia y la prestigiosa Escuela de Música de Nueva York.
Sin saberlo, seis años atrás, su viaje desde Wall Street hasta el cooperativismo conurbano bonaerense recién comenzaba. El primer paso fue observar el documental "The Take" (La Toma), ideado, producido y realizado por la periodista Naomí Klein y el cineasta Ari Lewis.
En el filme se narra la historia de un grupo de trabajadores de la periferia bonaerense que ocupa y reactiva una planta de autopartes abandonada por sus dueños tras la crisis de 2001.
El impacto emocional, ante el esfuerzo de aquellos muchachos que reconvirtieron un taller en bancarrota en una cooperativa laboral, fue tal que el asesor financiero neoyorquino, decidió darle un giro de 180 grados a su existencia.
Desempolvando los apuntes de su tesis de graduación que abordaba la problemática (el cooperativismo como alternativa de desarrollo), el economista puso manos a la obra sin poder sacar de su cabeza a los operarios que en lugar de adaptarse al tremendo golpe de vida que les asestaron las reglas de juego capitalistas, se enfrentaron a suerte y verdad con su propio destino.
A quince mil kilómetros de distancia, Brendan hizo empatía con los porteños y su clic derivó en la creación de la ONG, sin fines de lucro, "The Working World" (TWW), con la que "estimula" a cooperativas y empresas recuperadas.
Actualmente TWW, tiene sedes en Argentina, Nicaragua y Estados Unidos. Dentro de este esquema Martin también diseñó el sistema de microcréditos que se conoce como "La Base".
Según relevó el diario La Nación, desde diciembre de 2004, cuando TWW comenzó a operar en la Argentina, se otorgaron 279 microcréditos a unas 30 cooperativas por casi 4.200.000 pesos, con un interés inferior al de los bancos o financieras tradicionales y menor, incluso, al índice de precios de la Canasta Básica de Alimentos que elaboran las consultoras privadas locales. Pero lo más notable es que la tasa de recupero en los casi seis años que funciona el sistema alcanzó un 99,28%.
"Los receptores de micropréstamos, de hecho, devuelven sus préstamos con mayor confiabilidad que los sujetos crediticios tradicionales", expresa el protagonista de esta historia.
"El éxito de La Base no se debe medir por las ganancias ni por la tasa de recupero del crédito, sino por el impacto social que genera", también agrega al medio de tirada nacional.
Si bien el microcrédito es crucial para el desarrollo de los sectores más pobres de la población mundial, en ocasiones ha fracasado en la generación de capital y, por ende, en el crecimiento.
En virtud de esta situación, y en lugar de dar un solo préstamo a largo plazo, La Base otorga sucesivos microcréditos de inversión a seis meses o un año y cada uno se acuerda con una planificación comercial que realiza personal especializado.

El último eslabón

Para completar con éxito la cadena productiva, Brendan Martin y sus colaboradores idearon Worker’s Bazaar, que conecta sin intermediaciones a los emprendedores argentinos con posibles compradores en EE.UU. y Europa. La Base sostiene que "en la mayoría de los productos que uno compra, por lo menos el 80% del precio va hacia el marketing y la creación de marcas para convencer al consumidor de que necesita el producto".
Con Worker’s Bazaar, la organización consigue que un par de zapatos de cuero argentino producido por la cooperativa "Desde el Pie" le cueste a un comprador norteamericano 46,50 dólares con gastos de envío, una cuarta parte de lo que valen los zapatos de marca en Nueva York.
Lejos de las luces de Nueva York y más aún de sus épocas de operador bursátil, Brendan está más cerca de Muhamaad Yunnus, el de los micropréstamos para pobres, y a quien el estadounidense admira con fervor.
También está cerca de la argentinidad, aseguran que dice mientras decide, al no poder dar marcha a su Torino, viajar en la hora pico del tren que tiende sus vías hacia el oeste de la ciudad que nunca duerme.
Ahí, tal vez, donde viva alguno de esos laburantes que corajeando a uno de los momentos más complicados de la historia argentina, hicieron que sus días nunca más fueran los mismos.

La Base te banca

Con la ayuda económica brindada, las cooperativas y entidades solidarias han podido desarrollar sus proyectos.
Como ejemplo se puede citar a “Pinturas continente”, último ganador de las licitaciones como proveedor de material en el Astillero Naval “Río Santiago” y la base que la Fuerza Aérea Argentina posee en la localidad de Morón.
Otro de los notables logros, a través del otorgamiento de microcréditos, se cuenta en la recuperada ex IMPA, ahora “22 de Mayo”, a la cual se le solventan las compras de la materia prima esencial para el producto que manufactura.
Como los anteriores, se multiplican las coincidencias. La Base está... y “banca” a aquellos que hacen del trabajo, su dignidad, su bien y el futuro de los suyos.