Evoluciona favorablemente el golfista villamariense Alberto Ernesto Sandrone, quien el martes pasado sufrió graves quemaduras al ser alcanzado por un chorro de ácido sulfúrico mientras intentaba reparar una válvula.
Anoche, el médico Víctor Scocozza informó a EL DIARIO que poco antes había mantenido un contacto telefónico con el propio Sandrone, quien se encuentra internado en el Hospital Córdoba de la capital provincial.
“Le sacaron el respirador y lo pasaron a una sala común”, señaló Scocozza y agregó que “son muy buenas las expectativas respecto de la vista”, ya que los ojos también habían sido alcanzados por el líquido cáustico.
El conocido facultativo local se mostró muy contento por la evolución de “Titi” Sandrone (como se lo conoce en el Villa María Golf Club, del cual es capitán de cancha) y enfatizó: “Está muy bien, más de lo que se suponía”.
Sin embargo, Scocozza dijo que “las lesiones que tiene en la cara y cuello que hay que evaluarlas, y es probable que, en su debido momento, se tenga que realizar una cirugía reconstructiva”.
“Estaba de muy buen ánimo”, añadió el profesional al referir detalles de la charla que mantuvo minutos antes de las 19 de la víspera con el paciente, a quien atendió de urgencia en la Guardia del Hospital Regional Pasteur la misma tarde del martes último, poco después del grave accidente sufrido en la empresa Alpha Química SRL.
Tras la conversación con Scocozza, el propio Sandrone llamó a la fábrica de barrio Carlos Pellegrini (está ubicada en Independencia 734) y charló animadamente con algunos amigos y compañeros, a quienes agradeció la labor desplegada para auxiliarlo rápida y eficazmente antes de trasladarlo al centro asistencial de calle Mendoza.
Tal como lo informó este matutino en su edición de ayer, “Titi” fue alcanzado por un chorro de ácido sulfúrico cuando reparaba la válvula de un tanque en la referida empresa, donde periódicamente realiza tareas de mantenimiento.
Sandrone, de 59 años de edad, resultó con heridas de distinta consideración en la cara (incluidos los ojos), el cuero cabelludo, el cuello, la región superior del tórax y parte de sus extremidades inferiores, pero no sufrió lesiones internas ni en las vías respiratorias.
Instantes después de ser alcanzado por el cáustico producto químico, los trabajadores de la firma le quitaron la ropa, lo lavaron con bicarbonato, lo envolvieron en un nailon y, con la premura del caso, lo llevaron hasta el Hospital, desde donde lo derivaron al nosocomio cordobés tras realizarse las curaciones de urgencia.