Llora el bandoneón.
Desde el sábado, después de haber sufrido como todos ante el televisor, se sintió mal y fue internado con severos síntomas de un accidente cerebro vascular. Como dejando un mensaje postrero de su paz, no volvió a pronunciar palabra alguna. Todo lo había dicho ya en su vida apasionada, comprometida y, al decir de sus seres queridos, "se fue a la casa del Padre Celestial y en el umbral exhibirá con orgullo haber amado a modo de hombre, padre, caballero, abuelo, amigo, compañero, músico, esposo, hermano".
Generoso en su sonrisa y expresión, nadie dejó de escuchar su voz, especialmente a través de su bandoneón, al que le arrancaba notas en las que le iba la vida. La que se extinguió ayer por la mañana cuando la inexorable cuenta del almanaque había deshojado 78 calendarios.
Deja el recuerdo y el compromiso de volver a encontrarse con todos, cuando el dueño del Universo lo disponga.
Pablo Luis Juan Pérez, popularmente "Tito" (foto) por el que se lo conocía, había nacido el 30 de junio de 1932. Pasó 78 años derramando bondad. Hoy, más que nunca, llora el bandoneón.
Otras notas de la seccion Culturales
Analía Rosso mostrará sus cuadros en el Favio
Inscriben en escuela de modelos
Un humor sin red
"Hago bailar cuarteto a americanos y extranjeros en mis clases de Nueva York"
El PEUAM obtuvo un premio en Ausonia
|