Tres trabajadores de la mutual CAYFA (Club Atlético y Filodramático Alicia) fueron despedidos sin previo aviso, a pedido de la comisión de ahorristas, por portación de apellidos. Uno de ellos, una madre con un hijo con certificado de discapacidad que nadie reparó en observar.
Se trata de tres empleados que ya veían peligrar sus fuentes de trabajo a partir de que en junio de 2008 la entidad entrara en cesación de pago y disparó el enojo y la demanda de centenares de personas de al menos siete localidades donde CAYFA tenía sucursales (Las Varillas, Pozo del Molle, Luque, Sacanta, Calchín, Las Varas y la casa central de Alicia).
Pero lo preocupante aparece en que los tres despedidos tenían familiares directos en la Comisión Directiva de CAYFA. Y al indagar en la presunta “reducción de personal” que aducen los telegramas, el interventor de la mutual designado por la Justicia, Horacio Baldoni, justificó su accionar en que se trata del pedido de la comisión de ahorristas que co conduce la entidad desde hace algunos meses. ¿O sea que como revancha pidieron las cabezas de hijos, hermanos o sobrinos sin importar el desempeño a lo largo de 10 años en su trabajo?
Entre las consecuencias, además de una madre con su hijo que necesita más atenciones médicas y terapéuticas (por ende más ingresos), con los despidos decidieron cerrar las puertas de la sucursal de Luque, donde aún restan recuperar cuotas de créditos otorgados por la mutual. ¿Ahora pasarán a la comuna de “incobrables” en el balance?”.
Tras el default de junio de 2008 la Justicia inició las investigaciones por diversos caminos y causas. Hubo detenidos y liberados, aunque queda un prófugo, un cabo suelto: Roberto Mossano, presidente de la entidad hasta estos sucesos. Los pesquisas dicen que lo buscan, pero Mossano lleva al menos 10 meses sin ser visto por estos lares. Y el caso CAYFA sigue arrojando sólo más preguntas y víctimas.
Franco Gazzoli