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El autor de esta nota sosteniendo el cartel identificatorio del reclamo que está realizando la comunidad homosexual |
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Escribe:
Osvaldo Bazán *
Amigos de la cooperativa:
De mi mayor consideración: es con ánimo de sumar algunos datos sobre el debate de matrimonio igualitario que les escribo esta carta con gentil pedido de publicación como correo de lectores o como ustedes lo consideren conveniente. Hay alguna confusión sobre lo que se está debatiendo.
Lo que se intenta hacer es adecuar una ley al mandato supremo de la Constitución. La Constitución dice que todos somos iguales ante la ley, sin embargo, por el Código Civil, los ciudadanos y ciudadanas argentinas sólo consiguen el matrimonio si lo hacen entre sí.
Esto contempla necesidades, intereses y deseos de ciudadanos y ciudadanas heterosexuales y deja sin ese derecho a ciudadanos y ciudadanas que no son heterosexuales. El mandato constitucional que dice que todos somos iguales, no se cumple. En la Constitución no se separa heterosexuales de quienes no lo son. Las leyes que reglamentan sus derechos no pueden ir en contra de ese principio fundamental.
s La familia y “el miedo”
Alguna gente, hasta de muy buena fe, cree que si los no heterosexuales piden ser tratados como los demás ciudadanos, algo se va a quebrar en la familia tradicional. Empujados por este miedo, salen a defender la familia.
Pero nadie ataca la familia. Las familias continuarán como hasta hoy, sólo que aquellas que ya existen y que no están formadas por heterosexuales, merecen el mismo derecho porque son igual de valiosas para el país. Esto es así, porque las familias de todo el país no están formadas sólo por heterosexuales o no heterosexuales.
Por suerte en nuestro hermoso país, no hay segregación y todos vivimos juntos. La idea es que podamos convivir, cada uno con sus derechos, que son iguales. Nadie tiene el derecho de decirle a los demás cómo deben vivir. Tampoco de decirles que porque no viven de acuerdo a lo que ellos creen que es mejor, no tienen derechos. Es el momento de hablar de amor. No de guerra.
s El tema de la adopción
Con respecto a los niños, que fue un tema central en este debate, hay que decir que nada tienen que ver en estas circunstancias. Ciudadanos y ciudadanas homosexuales pueden -y de hecho lo han hecho- adoptar niños desde la década del ‘80. Los niños son entregados por jueces, después de exhaustivos estudios de equipos interdisciplinarios y ahí el juez no discrimina la orientación sexual del adoptante. Todos estamos de acuerdo en que es necesario agilizar los trámites de adopción. Es otra ley en la que deberán ocuparse los legisladores más temprano que tarde. Lo que es urgente es crear un marco legal para los chicos que ya fueron adoptados hace años.
Cualquier otra consideración religiosa, moral o política, por más valiosa y profunda que sea, no puede ser mayor que el peso que sobre todos tiene la Constitución Nacional.
Con la intención de aportar claridad, pidiendo por el derecho de los ciudadanos argentinos a ser tratados de manera igualitaria, sabiendo lo traumático pero necesarios que suelen ser los cambios, actuando de buena fe, con el ánimo de que podamos entendernos y convivir de la manera más armoniosa posible, confiando en el alto compromiso democrático del medio que usted dirige, con un saludo afectuoso al pueblo de Villa María y zona de influencia, los saluda su colega.
Muchas gracias.
* Periodista y escritor, autor del libro “Historia de la homosexualidad en Argentina”, que fuera presentado en nuestra ciudad en octubre de 2009
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