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No es tan importante lo que se dice, tanto como la actitud positiva |
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Para iniciar una conversación, es importante elegir a quién nos vamos a acercar, supongamos en una reunión, buscar la gente que este libre en ese momento y que parece amigable.
Una vez elegidos los pasos siguientes serán establecer contacto ocular y hablar. Al contrario de lo que se piensa habitualmente, no es tan importante lo que se dice en ese momento, tanto como la actitud positiva, utilizar frases cortas, sonreír, asentir con la cabeza, mirar a la persona con la que hablamos y utilizar el propio estilo. Para empezar los comentarios livianos estarán bien, siempre que estén acompañados por señales corporales de agrado, como los que mencionamos anteriormente. La pregunta es un instrumento ideal al comienzo de las conversaciones, sobre todo aquellas que promueven respuestas más elaboradas que "sí" o "no", por ejemplo: “¿Cómo hago para pedir un boleto?” “¿Podés contarme qué pasó en la primera parte que me lo perdí?”.
Presentarnos con nuestro nombre y preguntar el del otro, decir algo sobre lo que está haciendo alguien ( “qué interesante lo que dijiste, ¿me podrías explicar un poco más sobre…?”), hablar sobre la situación en la que estamos involucrados (“es la primera vez que hago un curso de este tipo”), brindar una opinión (“y me ha resultado muy provechoso”), ofrecer algo, pedir ayuda o información al otro, son maneras asertivas de acercarnos y de iniciar una conversación.
Si la otra persona está interesada podremos continuar manteniendo la conversación, ¿cómo? Por ejemplo, diciendo algo y preguntando la opinión del otro, revelando algo más personal, teniendo en cuenta que esté relacionado con el tema y que no sea tan íntimo como para provocar rechazo. Recordemos que uno no comenta secretos personales a extraños, pero sí, se puede ir avanzando en cuestiones cada vez más personales en los sucesivos encuentros con esa persona. Otra manera es contestar las preguntas de nuestro interlocutor brindando no sólo la información mínima sino con algunos datos más que permitan mayor fluidez y dé más información para seguir conversando.
Para introducir nuevos temas se puede esperar que el otro haga una pausa natural y agregar “me enteré…”, “me pasó el otro día…”, “ me hiciste acordar de algo gracioso que me pasó”.
Parte del arte de conversar es poder terminar la charla y programar futuros encuentros si ése es nuestro deseo y poder rechazar los que no deseamos. Avisar que tenemos que irnos, expresar que disfrutamos la conversación, que nos gustaría volver a encontrarnos, son maneras asertivas de terminar una conversación y despedirnos ante una persona que nos resultó agradable. Ofrecer nuestro teléfono nos brinda más fuerza para pedirle luego el del otro, para establecer nuevos encuentros.
Tener en cuenta que muchas veces nuestro acercamiento es el adecuado y sin embargo los demás no quieren establecer contacto por diversos motivos, que no tienen que ver con nosotros, por lo tanto no hay que desanimarse, seguir intentando, alentándonos a nosotros mismos a continuar recompensando nuestros esfuerzos.
¡A practicar! Hay que recordar que no es suficiente quedarse mucho tiempo en un lugar para conocer a alguien. No es cuestión de suerte, hay que ponerse en acción.
Lic. Carla Tais
MP 3862
Psicóloga
centrodeterapiasde
vanguadia@yahoo.com.ar
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