La función de “Notre Dame de París”, desarrollada el pasado viernes por la noche, no significó una velada más para el taller de comedias musicales Mascarada.
Se trataba en primer lugar, del estreno de una obra clásica y extensa, dividida en dos actos, y con personajes de compleja caracterización como es el caso del Jorobado.
En segundo término, correspondía a la primera presentación del grupo en el Teatro Verdi, la sala mayor de la ciudad, luego de haber brindado dos muestras en la escuela Manuel Belgrano de Villa Nueva (donde habitualmente realizan sus ensayos) y una más cercana en el Rectorado de la UNVM.
Ante una audiencia que ocupaba cerca del 75% de la sala, el elenco dirigido por el artista bonaerense Pedro Muñoz echó a rodar una puesta que contó con destacados pasajes coreográficos y algunos detalles escenográficos de muy buena factura.
A pesar de ciertos desajustes de sonido, el grupo supo sortear con saldo positivo un musical, basado en la obra de Víctor Hugo, que atraviesa temáticas como la Iglesia, los conflictos entre clases sociales y en especial los conceptos dicotómicos como la belleza/la fealdad y la bondad/la maldad.
Mientras avanzaba la pieza se podían distinguir ingredientes distintivos que prueban la maduración del conjunto integrado por 30 niños y jóvenes.
Al principio, por ejemplo, se observaron cuatro cabezones gigantes que daban pie a la obertura. Luego, en el transcurso, el juego de paneles en conjunción con el trabajo de luces, imprimían vértigo en diferentes momentos clave. La decisión, atinada, de desplegar los intérpretes secundarios bajo el escenario, entre las plateas y por todos los pasillos, posibilitaba la integración definitiva con el público.
En cuanto a los personajes principales, se han constituido con solidez y entrega Pablo Bonetto (padre de Esmeralda y principal bailarín en coreografías), Gastón Giovanini (el recio cura), Gonzalo Alvarez (el capitán), María Pía Borsalino (la sensual Esmeralda) y Juan Pablo Giovanini (un verdadero hallazgo, en la piel de un Jorobado-criatura).
Vale advertir, en el mismo sentido, que el elenco realiza la técnica de la mímica sincronizada, que se trata de cantar sobre una pista grabada, en este caso de una versión española.
Asimismo, es de destacar también la calidad fotográfica y a todo color del programa que acompaña a la obra.

Juan Ramón Seia