Quién da pan a perro ajeno, pierde el pan y pierde el perro. Un viejo refrán usado por Juan Domingo Perón a la hora de hablar de traiciones y traidores.
Traición, una palabra usada hasta el infinito en la historia de la humanidad. De una manera u otra, en el plano político la traición siempre está presente y se pronuncia (la palabra) generalmente de acuerdo a intereses particulares y no colectivos.
¿Qué es la traición?. Según el diccionario de la Real Academia Española es la “
violación de la fidelidad o lealtad que se debe”.
Y aquí viene la pregunta en el terreno político: ¿a quién le deben lealtad los dirigentes?
También es traición, aunque generalmente nadie lo demanda, “el delito que se comete contra la Patria o contra el Estado” y alta traición “ la cometida contra la soberanía, la seguridad o la independencia del Estado”.

Perón decía “es tan miserable el traidor, como el que se vale de él para traicionar.”

Acca - Giaco

Hoy, los vientos del kirchnerismo soplan sobre dos personas que estuvieron enfrentadas política e ideológicamente y cuya única coincidencia (a simple vista) es ser intendentes.
El local Eduardo Accastello y el capitalino Daniel Giacomino (soplados con los cheques de la Nación) ponen manos a la obra para armar el kirchnerismo en Córdoba. Difícil tarea en una provincia que en las urnas no ha sido benévola con el matrimonio. Ni Néstor en 2003, ni Cristina en 2007 ganaron en este territorio.
Pero más difícil aún porque esta movida tiene la finalidad de debilitar al PJ cordobés (que le permitió a Accastello ser elegido) y al Partido Nuevo de Luis Juez (que impulsó a Giacomino). La marca de la “traición” (de acuerdo a los intereses en juego) quedará en el orillo.
“Hay dos clases de lealtades, las que nacen del corazón y las de los que son leales cuando no les conviene ser desleales. A esos también los usamos...”. Palabras de Perón.
Ni Accastello, ni Giacomino son contados en el kirchnerismo (con un entorno reducido) como “leales de corazón”. Por lo tanto la deducción es simple: son usados. Para traicionar. Ya pasó con “Pichi” Campana y hasta con el propio Accastello cuando lo apoyaron para que “se ponga las zapatillas de gobernador” y finalmente sellaron el pacto con Schiaretti.
¿La historia volverá a repetirse?
En el entorno de Juez, creen que Giaco está de piloto de tormenta porque necesita fondos para gobernar la ciudad pero confían en su lealtad hacia Juez.
Otros, que lo avalaron y pertenecen al proyecto K, no saben cómo hacer para digerir el sapo de su unión con Eduardo Accastello ya que fueron duros críticos del jefe comunal villamariense acusándolo de “hacer una política neoliberal”.
El viejo dicho del perro hoy vale para todos.
En la política de este siglo “todos los perros son ajenos”. Si le das demasiada alimentación, corrés el riesgo de quedarte sin el pan y sin el perro.