Escribe: Juan Pablo Morre
En una actuación que dejó interrogantes, Deportivo Argentino no pudo vencer a Central Argentino -que obtuvo lo que fue a buscar- al empatar sin goles en barrio Santa Ana y, por el triunfo de Rivadavia, resignó la punta del campeonato que compartía con el elenco cabralense.
Desde el primer minuto quedó en claro la postura de ambos elencos. Deportivo Argentino asumió el protagonismo, apretó en campo rival y buscó rápidamente la ventaja, mientras que la visita se agrupó a defender cerca del área de Maggi y apostó a lastimar de contragolpe.
Pese a tener la posesión de la pelota, el local no logró desarrollar como pretendía su juego de toques y movilidad debido a que sus intérpretes no estuvieron claros y en su mejor tarde, pero ello también se debió a la buena contención defensiva de la visita.
El "expreso rojo" demostró que tiene bien afinada su estrategia de juego, pero también padeció el peligro que puede aparecer cuando se defiende cerca de su arquero.
Por lo que, cuando encontró los espacios, el local -que merodeó siempre muy cerca de Maggi- generó chances nítidas de gol. La primera se dio a los 12 minutos, Fuente (tras pase de Gonella) se perdió un claro gol al definir cruzado y desviado.
Después, el arquero contuvo un envió de Gonella desde afuera del área; luego Fernández no cabeceó un centro de Giménez y, antes de la media hora, Jacobi cabeceó desviado un centro de Casas, con Maggi ya vencido.
Debido a estás acciones, el local merecía la ventaja, pero el fútbol no se trata de merecimientos, sino de concretar, y en ese factor falló principalmente el elenco de Christian Romero, por más que no tuvo la tarde esperada.
Mientras tanto, la visita sólo se arrimó a Sami Suárez con una buena acción individual de Delfino, que no llegó a ser una chance concreta de gol.
La primera parte también tuvo tiempo para una nueva oportunidad de gol para el local, la más nítida del partido, cuando entre Palacios y Andrada se las arreglaron para ganar una pelota perdida, y "Pelé", ante la salida de Maggi, habilitó a Casas, quien increíblemente disparó por encima del travesaño.
En el segundo tiempo el partido no varió en demasía en cuanto a su desarrollo, pero se tornó más aburrido para los ojos del espectador más allá de las ganas de los jugadores, debido a que prácticamente no hubo situaciones de gol.
En el complemento, Argentino, que intentó más de lo que concretó, fue un acumulo de errores porque se mostró apresurado, no pudo desnivelar individualmente y prácticamente no tuvo el progreso en ofensivo que tuvo en el primer período.
Entonces, el elenco de Romero no contó con ideas claras para atacar ni chances para obtener el triunfo, que buscó pero no encontró.
Por su parte, la visita siguió mostrando su postura. Jugó a no complicarse, a cometer los menos errores posibles en su propio campo, y apuntó a redoblar sus esfuerzos para lograr el punto que fue a busca al barrio Santa Ana, que finalmente consiguió.
La figura
Martín Delfino mostró el oficio y la inteligencia que lo caracteriza. Mucho criterio para mover la pelota y además sacrificio para defender.

El árbitro
A José Martínez sólo se le puede cuestionar que se apresuró en la expulsión de Franco Miranda, porque aparte de dicha decisión, dirigió un buen partido y no contó con complicaciones. Su primer asistente, Pablo Juno, tuvo muchas dudas.