Escribe: Fabio Morisetti
Colón puso el alma en cada pelota y logró sumar de a tres para escaparle al fantasma del descenso. En la calurosa tarde cabralense, el último campeón derrotó por tres a dos a Alem en un partidazo que lo tuvo todo: goles, penales errados y jugadas de alto vuelo.
Los de Amadeo Perossi aguantaron todo el segundo tiempo, dejándole el balón a un irresoluto Alem que nunca encontró la fórmula de vulnerar la cerrada defensa rival. Así, con un José Fernández afilado para el gol y un José Navarro claro y esforzado para el juego, terminó justificando un triunfo que le hacía mucha falta.
A todo tren empezó el juego. Una gran jugada colectiva terminó con un zurdazo letal del “Flecha” Doblas para abrir el marcador. Iban cuatro minutos y era sólo el preámbulo de un primer tiempo espectacular.
A los siete, Mansi cabeceó desviando un centro de Navarro y, dos minutos después, el propio defensor reventó el travesaño con una terrible volea a la salida de un córner. En la misma jugada, la pelota derivó hacia otra área y Salvai, que se había quedado parado un segundo de más, terminó derribando a Ceballos.
El penal fue transformado en gol por César Rodríguez con un fuerte disparo que venció completamente a Giraudo.
Sobre el cuarto de hora, un nuevo yerro de Salvai le permitió a Bendazzi irse solo, pero el delantero definió muy mal, tirando el balón lejos del arco. Dos minutos después, todo el local reclamó un penal a Marín que Claudio Aldecoa no sancionó.
Todo era vertiginoso, un ida y vuelta constante. A los 22, Bendazzi le ganó a Salvai, pero Giraudo sacó el córner. El tiro de esquina lo ejecutó César Rodríguez, quien lo metió olímpico en el segundo palo. El 2 a 1 no reflejaba lo que pasaba en el campo de juego, pero, como goles son amores, la visita se encontraba con el triunfo gracias a un lujo.
Ahí nomás llegó el empate local. Dos minutos después, Fernández le ganó a López, Marín lo cubrió y el delantero terminó ajusticiando a Montiel.
Pero todavía había mucho más. A los 28, un córner de Navarro fue cabeceado por Fernández, quien convirtió luego que la pelota pasase entre los defensores que cubrían el primer palo.
Recién allí se aplacó algo el trámite del cotejo, como si ambos equipos se hubiesen tomado un respiro después de tanta adrenalina.
A los 41, Colón tuvo la chance de oro como para irse con mayor tranquilidad al descanso: Matías Mansi fue a cabecear y Aldecoa vio penal. Gustavo Cardona lo ejecutó y lo tiró afuera para dejar todo como estaba.
Alem casi empata en la última con un tiro libre de Rodríguez que exigió una buena atajada de Giraudo.
En la segunda mitad, el local se retrasó y le tiró todo el peso del partido a un Alem que se adelantó unos metros, pero que nunca encontró la forma de llegar con riesgo al arco del “Mono” Giraudo.
A los tres minutos, César Rodríguez (lo mejor de la visita) sacó un tiro cruzado que Giraudo contuvo sin mucho esfuerzo, y el arquero volvió a aparecer a los diez, con un remate de larga distancia de Ceballos.
Tres minutos más tarde, un gran pase de Navarro habilitó a Doblas, quien tiró el centro y Verea, solo en el área, se comió el gol rematando por encima del horizontal.
A los 17, Rodríguez estuvo cerca con un tiro libre que se fue alto, y a los 21 minutos Abate Daga se llevó puesto un centro en su área y obligó a otra buena respuesta de Giraudo.
Colón aguantaba como podía, con Grosso y Navarro corriendo a todos en el medio y apoyándose en una defensa que, a esa altura, respondía muy bien.
Sobre los 24, Verea casi marcó con un tiro libre y allí el local pudo reacomodar las piezas como para no pasar sofocones. La temática era la misma: la dupla antes mencionada seguía regando con sudor el medio, Doblas se sacrificaba a más no poder por la derecha y todo se limitaba en ofensiva a un pique de un individualista Marín o de Fernández.
A los 40 minutos, Le Roux hizo una muy buena maniobra, pero pecó de egoísta y pateó al arco sin ángulo cuando el centro era lo más apropiado.
Sobre la hora, Navarro pudo definir, pero perdió ante el achique de Montiel, y la última la tuvo nuevamente Le Roux a los 48 con un derechazo desviado.
El pitazo de Aldecoa desató la alegría local y el desahogo de un equipo que aguantó con uñas y dientes un triunfo que significa mucho. El último campeón quiere ponerse de pie y lo hizo con su viejo estilo de correr todas y cada una de las pelotas como si fuese la última.

La figura
José Navarro se comió el mediocampo local. En el primer tiempo cumplió con creces jugando algo adelantado, casi como enganche. Cuando hubo que aguantar, bajó a ser un doble cinco con Grosso y cortó muchísimo, quedándole resto incluso para aportar claridad en el juego.

El árbitro
Claudio Aldecoa alternó buenas y malas. Dejó dudas en los dos penales, creando mucha polémica. En el final adicionó excesivamente seis minutos.