A poco de cumplirse dos años y cuatro meses del alevoso ataque a balazos contra la vida del fiscal Francisco Javier Márquez, dos de los tres supuestos agresores serán juzgados desde el próximo lunes en la Cámara del Crimen de Villa María.
Sebastián Alejandro Fernández, de 23 años, y Claudio Sergio Paul Márquez, alias "Ñoqui", de 20, deberán responder por el intento de homicidio del funcionario judicial, perpetrado durante las primeras horas de la madrugada del 2 de abril de 2008 en barrio Villa Oeste de Villa Nueva.
Sin embargo, la situación procesal de los sospechosos es diferente. Si Fernández llega a ser declarado culpable de haber intervenido en el atentado, recibirá una condena de entre ocho años y 12 años y ocho meses de prisión, mientras que a Márquez (quien no tiene ninguna relación de parentesco con la víctima) no se le podrá imponer sanción alguna porque era menor al momento del hecho de sangre.
En otras palabras, si el más joven de los acusados también es hallado culpable, sólo se declarará su responsabilidad penal en el hecho y quedará a disposición del Juzgado de Menores, para que decida sobre su situación legal.

Juez y partes

El debate será presidido por el camarista René Gandarillas y contará con la participación del fiscal en lo Correccional, Horacio Vázquez, quien en esta ocasión intervendrá como fiscal de Cámara subrogante.
En tanto, los abogados Juan Antonio Rusconi y Jorge Bustos defenderán a Fernández y Márquez, respectivamente, mientras que el secretario actuante será Roberto Jue.
Vázquez remplazará obligadamente a su colega, quien por primera vez dejará el estrado correspondiente al Ministerio Público para ocupar la silla de los testigos, sobre todo por ser la víctima de este brutal ataque.
El juicio oral y público se llevará a cabo en la sala de audiencias ubicada en el quinto piso de los Tribunales locales y su comienzo está previsto para las 8.30.
En principio son 40 los testigos citados para declarar a lo largo de las cinco audiencias dispuestas inicialmente para sustanciar el proceso.

Imputaciones

Sebastián Fernández comparecerá imputado como presunto autor de "homicidio doblemente agravado por uso de arma de fuego y por la participación de un menor, en grado de tentativa", al tiempo que a Claudio Márquez se le atribuye el mismo delito, pero sin el agravante tipificado por la intervención de un menor.
Fernández nació en Villa María el 30 de setiembre de 1986, se domicilia en Sucre 2235 (barrio Felipe Botta), no tiene apodo conocido, es albañil y registra antecedentes penales computables, ya que fue juzgado y condenado otras tres veces.

Ultima condena

Sin ir más lejos, el 25 de febrero de 2009, la jueza Silvia Saslavsky de Camandone le aplicó una sanción unificada de cuatro años y cuatro meses de prisión, además de declararlo reincidente por segunda vez.
En aquella oportunidad, Fernández fue hallado autor responsable de "hurto calificado por escalamiento, agravado por la participación de un menor", "resistencia a la autoridad" y "violación de domicilio", delitos por los cuales se le impuso una pena de dos años y medio de cárcel.
Pero como tenía pendiente parte de una condena a tres años de prisión por otros hechos contra la propiedad, la magistrada agrupó ambas sentencias en la pena única antes descripta.
Cabe destacar que Fernández se encuentra detenido desde el 3 de abril de 2008, apenas un día después del atentado contra el fiscal Márquez, aunque no por el hecho de sangre sino por un hurto domiciliario perpetrado en barrio San Juan Bautista.
El joven reincidente había obtenido la libertad apenas dos meses antes, es decir en febrero de aquel año.
Por su parte, Claudio Márquez nació en esta ciudad el 19 de julio de 1990 (cumplió 20 años el lunes de la semana pasada), está radicado en Salta 2770, en barrio Nicolás Avellaneda y se ganaba la vida como jornalero.

Por venganza

Según la requisitoria de elevación a juicio confeccionada por el fiscal que instruyó la causa, Félix Martínez, el atentado contra la vida de Márquez se habría planeado en la vivienda de Fernández, quien al parecer quería vengarse del funcionario judicial a raíz de su intervención en dos procesos penales en los que el joven fue condenado.
Así, a última hora de la noche del 1 de abril de 2008 (víspera del feriado), ambos jóvenes, al parecer con un tercer sujeto que hasta el momento no fue individualizado, se trasladaron hasta el barrio Villa Oeste de Villa Nueva y se escondieron en inmediaciones del domicilio particular del fiscal, sito en calle Flor de Ceibo 142.

Escondidos

De acuerdo a la acusación, los delincuentes aguardaron la llegada de Márquez y su esposa, que se produjo entre la 1.30 y las 2 de la madrugada.
Cuando el fiscal cerraba el garaje, fue sorprendido por dos sujetos, uno de los cuales (presuntamente Fernández) empuñaba una pistola calibre 9 milímetros.
Sin embargo, antes que fuera baleado, el reconocido funcionario judicial se trabó en lucha con el otro individuo (Claudio Márquez) y logró contrarrestar el desparejo ataque, aunque no logró evitar que quien portaba el arma disparara al menos dos veces.

Vivo de milagro

Uno de los proyectiles impactó contra la fachada de la vivienda, pero el otro alcanzó al fiscal en la parte trasera derecha del cuello, de abajo hacia arriba, con orificio de salida en la zona del hueso occipital de cráneo.
Por esos milagros del destino, el proyectil no lesionó ninguna arteria vital ni produjo daño cerebral ya que -afortunadamente- no ingresó a la cabeza.
Tras el ataque, los delincuentes se dieron a la fuga.

Las detenciones

El 3 de abril, la Policía detuvo a Fernández, pero por aquel robo domiciliario registrado en barrio San Juan Bautista, y durante el mes de octubre fueron apresados Claudio Márquez (ya tenía 18 años) y otro joven con frondosos antecedentes, identificado como Sebastián Enrique Pereyra, alias "Cler" o "Mellizo", en principio sospechado de ser el tercer atacante.
Sin embargo, meses después el fiscal Martínez no encontró pruebas concretas que vincularan a Pereyra con el atentado, motivo por el cual fue sobreseído y recuperó la libertad a comienzos de 2009.
Por esta razón, sólo serán Fernández y Márquez quienes deberán responder por el intento de homicidio del fiscal. Y será la Justicia la que evaluará las pruebas colectadas para dictar sentencia.