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Un efectivo de Gendarmería, el miércoles a la noche, frente al local allanado |
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El fiscal Federal ante el Juzgado Federal Nº 1 de Córdoba capital, Enrique Senestrari, confirmó ayer a EL DIARIO la detención de Marcelo Chiavassa, dueño de Moto Race, local venta de motopartes y repuestos de esta ciudad allanado en la antevíspera por personal de la Gendarmería Nacional y efectivos de Aduana.
Sobre Chiavasa, quien posee el comercio ubicado en bulevar Alvear 564 de Villa María, la Justicia Federal había librado una orden de requisa, buscando documentación relacionada al caso que se investigaba.
Asimismo, el juez Federal Ricardo Bustos Fierro había solicitado que se allanara el ya mencionado negocio y se registrara también una Toyota Hilux propiedad del comerciante, en la que se buscaban una agenda y elementos informáticos tales como una notebook o un pendrive que contuviera documentación.
En Carlos Paz
Sin embargo, Chiavassa no fue detenido en Villa María, sino en Villa Carlos Paz, donde posee una casa que fue también allanada.
Cumplidas las diligencias ordenadas por la Justicia Federal de Córdoba, Gendarmería no tiene previsto realizar otros allanamientos en Villa María, por lo que quedaría descartada, en principio, la participación en el caso de otros comerciantes del rubro de esta ciudad.
Piloto en fuga
Por otra parte, trascendió que un piloto cordobés que participó el pasado fin de semana en el rally de Mina Clavero, sería una de las dos personas presuntamente implicadas que estarían prófugas.
La investigación sigue su curso y no se descarta que se produzcan novedades en torno al caso en los próximos días.
El caso
Todo comenzó hace 18 meses con una denuncia formalizada por la Agencia Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y presentada por la Regional Aduanera de Córdoba ante la Justicia Federal.
La acusación daba cuenta de que un grupo de delincuentes contrabandeaba motopartes y repuestos y había evadido al fisco por más de 10 millones de dólares.
La maniobra consistía en ingresar mercadería por vía marítima, subfacturada y con documentación falsa y adulterada. Luego, era distribuida en todo el país. El cabecilla de la organización visitaba a sus clientes en un helicóptero de un millón y medio de pesos.
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